Aunque la transferencia de la colombiana Carolina Arbeláez al fútbol de España no retumbó tanto en los medios, para ella y su familia significó una noticia digna de primera página.
Para una deportista emigrar a una liga como esta significa ganar buen sueldo –un promedio de $3 y 7 millones mensuales libres– , ritmo de competencia –juegan todo el año–, trayectoria y nivel deportivo y la principal motivación, estabilidad laboral.
Carolina, quien representaba a Atlético Nacional y que se vinculó al Deportivo de La Coruña desde enero pasado, fue una de las últimas jugadoras en irse al Viejo Continente.
La antioqueña le confesó a este diario que si bien el torneo profesional femenino de Colombia adquirió prestigio internacional, con todo y sus carencias, la angustia que reina entre sus colegas “es muy grande”.
Con ella, ya son 25 futbolistas que actúan en el exterior (ver ayuda), fenómeno que se incrementó en 2019 con la partida de Isabella Echeverri al Sevilla y Leicy Santos al Atlético de Madrid, y que continuó con Yoreli Rincón al Inter de Italia, Carolina Arias al Atlético y Manuela Vanegas al Espanyol de Barcelona, todas con trayectoria en Selección.
El calendario deportivo del 2020 ya entró en el segundo mes y la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) aún no anuncia cuándo comenzará la siguiente edición de la Liga, y mucho menos el tiempo de duración.
Desde la entidad, en la que aseguran que sí habrá campeonato porque de por medio está el compromiso de enviar el representante del país a la Copa Libertadores, aducen que los 1.400 millones de pesos que anunció el Ministerio del Deporte y el aporte de algunos patrocinadores que hay en carpeta no alcanzan para la realización del certamen.
Para Jorge Enrique Vélez, presidente de la Dimayor, ese monto de dinero es pequeño para lo que requiere una Liga como la que pretenden realizar. “Pero todos los aportes son bienvenidos, por tal motivo se requiere un patrocinador grande, el cual aún no tenemos”, dijo el dirigente en charla con EL COLOMBIANO.
Así las cosas, en el ambiente ronda el temor de que nuevamente se haga una competencia de dos o tres meses y no de un semestre, mínimo, como piden las deportistas.
“Con mi familia analicé muchas cosas y un punto que hizo que tomara la decisión de irme es que no sabemos qué va a pasar con la Liga Femenina en 2020. Esta carrera es muy corta y no podemos estar a la deriva. Quizás hagan el campeonato en Colombia, pero siento que si lo realizan es por cumplir simplemente. En realidad no están incentivando el fútbol de mujeres, no lo ven tanto como una profesión”, expresó Arbeláez.