Demostrando que mantiene intacto su talento en la pelota quieta, Mauricio Molina puso a celebrar ayer al Independiente Medellín con un golazo frente al equipo con el cual debutó en el profesionalismo en 1997: Envigado Fútbol.
“Conseguimos tres puntos muy importantes que necesitábamos por la presión y todo lo que se vivió en estas dos semanas, porque no podíamos perder y dejar unidades en la mesa; estoy demasiado contento por lo conseguido”, comentó al final el volante creativo que le dio el triunfo 1-0 al conjunto escarlata.
Gracias a ese cobro del minuto 78 llegó el desequilibrio ante un muy aplicado elenco naranja, que fue más en el primer tiempo con presión y las opciones de Mateo Cardona, quien terminó expulsado (54’) brindándole libertades al rival.
Sin desconocer que “al equipo le falta dinámica e insistir por las puntas para conseguir más anotaciones”, el aficionado Bernardo Gómez fue uno de los que más festejó el anhelado tanto, porque significó el primer triunfo del Poderoso en este campeonato.
Y con mucha razón el breve análisis, porque el elenco escarlata lució otra vez atropellado, se dejó anticipar y aprovechó poco el hombre de más que tuvo en casi todo el complemento. Fue el compromiso y las ganas de agradar, que tanto ha resaltado Mao en su regreso, las que le aclararon el panorama al DIM para que dejara de lado la ansiedad y empezara la cabalgata por la punta.
Con cuatro puntos, todos logrados de visitante (uno en Bucaramanga y los tres de ayer en el Parque Estadio Sur ante unos 8.000 hinchas, todos vestidos de rojo), ahora el Medellín respira tranquilo y se alista para recibir el miércoles al Cortuluá con la esperanza de prolongar la racha positiva
