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Medellín, con deber de creer hasta el desenlace
DIM visita al Tolima, con un panorama espinoso para lograr la clasificación pero con un antecedente que refresca la fe del equipo y la hinchada.
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Germán Cano tiene 90 minutos por delante para ampliar su récord a 21 goles en un semestre, una cifra que parece difícil de igualar para cualquier otro delantero. FOTO edwin bustamante
05 de mayo de 2019
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Por juan felipe zuleta valencia
En los días posteriores al 22 de noviembre, cuando el Tolima se fugó del Atanasio Girardot con el empate 2-2 ante Medellín mediante un penalti cobrado al minuto 90, varios portales informativos sobre el cuadro pijao en Ibagué replicaban los anuncios de preparativos para lo que iba a ser su segunda final consecutiva, tras vencer a Nacional en aquella infartante final, seis meses atrás.
Fueron los meses más dulces en la historia del equipo y el hecho inédito de repetir final tenía a la afición, directivas, jugadores y ciudadanía en general embebidos en el juego por el título, más que en el partido de vuelta de la semifinal ante el cuadro rojo. Las cosas parecían definidas.
Fue en esos días, ante la adversidad manifiesta de buscar el paso a la final ante el campeón vigente y favorito, que comenzó a tomar fuerza aquel estribillo del “séptimo cielo” que Octavio Zambrano declamaba como un mantra y que demostró el poder de los símbolos, pues aún con los tropiezos como perder la ventaja en casa en la semifinal, en el último minuto, o las falencias manifiestas del plantel, logró convocar la fe de miles de hinchas en torno a la posibilidad de una consagración.
Esa convicción que emanó desde el interior del equipo rojo se tradujo el 26 de noviembre, con el Manuel Murillo Toro repleto, en un categórico triunfo 0-2 del elenco antioqueño con goles de Germán Cano y Juan Fernando Caicedo.
Fue esta la última ocasión en la que DIM visitó al Tolima en su estadio, hasta hoy, cuando el cuadro rojo tendrá que vencer a quizás el equipo de mejor funcionamiento en el torneo, en busca de un triunfo que es apenas una parte del milagro que necesita para clasificar a los cuadrangulares.
Y si algo dejó como aprendizaje aquella serie ante los pijaos que parecía perdida, es que en el fútbol hasta el panorama más devastador puede ser admisible dentro de la dinámica de la competencia. Pero lo que no tiene justificación alguna es apelar a la resignación cuando aún hay alguna pelea que dar.
“Hay que centrarnos en nuestro partido; depender de otros resultados fue responsabilidad nuestra, pero nada hacemos dispersando la concentración en lo que pasa en otros estadios. Tenemos que quedar con la tranquilidad de buscar y ganar los tres puntos ante Tolima”, pregonó Andrés Ricaurte en declaraciones entregadas a W Radio.
Ganar no es esconder
El debate entre los hinchas rojos esta semana se centró en que una eventual clasificación le serviría a Raúl Giraldo, máximo accionista del equipo, como “excusa” para dilatar determinaciones que la hinchada considera fundamentales y que incluso motivó una carta de la barra Rexixtenxia, la más nutrida de todas las del Poderoso, en la que piden al directivo no posponer más acciones que la afición considera necesarias para que la institución crezca a nivel integral.
De darse la clasificación, será deber de la hinchada roja acompañar en esa ilusión de título que se renovaría después de estar al borde de la eliminación, pero también de ejercer un papel activo, desde la tribuna, redes, etcétera, para que esta circunstancia no afecta, como ellos lo han manifestado, los planes requeridos para tener un mejor panorama deportivo y administrativo. Lo cierto es que una alegría momentánea no puede convertirse en suplicio extendido.
En cualquier caso, hoy es una jornada para ver el vaso medio lleno y disfrutarla. Sí, es difícil, pero hace una semana parecía imposible n
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