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Siempre que ingresan al Coliseo de Combates generan admiración entre quienes los observan. No son gemelos ni mellizos, pero guardan esa mística y unión de los hermanos, y una complicidad increíble.
Así son los Muñoz Betancur, Jorge Horacio y Andrés, dos atletas en condición de discapacidad (parálisis cerebral), quienes encontraron en el deporte el camino para ser felices.
Jorge Horacio, el mayor, es el escudero de Andrés: lo lleva a los entrenamientos de boccia, es su acompañante, enfermero y cuidador, puesto que no puede hacer muchas actividades por sí solo.
El técnico Gustavo Henao siente una profunda admiración por ambos, por su disciplina, constancia, dedicación y perseverancia para estar y mejorar cada día en las prácticas.
“El proceso ha sido muy parejo, los dos arrancaron en 2000. Jorge empezó con fútbol, estuvo en la Selección Colombia y ahora se dedica al atletismo, mientras que Andrés es uno de los pioneros en el boccia. “Con él iniciamos el proyecto debido a que tiene bastante limitación motriz. Jorge es quien lo apoya en todo”, dice el entrenador Henao.
Estos dos deportistas son los pilares de su casa, ya que integran una familia en condición especial, pues su hermana y su madre también presentan inconvenientes de salud que las obliga a tener ayuda permanente.
Por eso Jorge Horacio, quien además es reconocido en la Liga como un colaborador incansable, está atento a lo que pasa con cada uno de los miembros de su hogar.
“Es impresionante, saca tiempo para todo: cuidar a sus seres queridos y acompañar a su hermano, y para entrenar es organizado, colaborador y con un espíritu de superación increíble”, resalta el técnico.
Durante el fin de semana los hermanos Muñoz Betancur fueron protagonistas en el Nacional de boccia disputado en Medellín, y aunque una complicación intestinal sacó a Andrés de la competencia cuando avanzaba en los octavos de final, ellos continúan demostrando que el amor y la disciplina logran romper barreras.
Jorge seguirá entrenando, buscando sus mejores marcas en el T33 (lanzamiento de jabalina), y Andrés, con la idea de dejar al boccia paisa en lo más alto.
Ellos saben que el deporte les ha dado alegrías, tristezas y algunas frustraciones pero, sobre todo, les ha ayudado para superar miedos, hacer amigos y salir adelante.