Una verdadera revolución en el deporte antioqueño se viene dando gracias a la aparición de diferentes modalidades, en especial de gran acogida por los jóvenes practicantes que ven en ellas alternativas de superación y de sobresalir. Y una de ellas son las artes marciales mixtas, una disciplina que crece todos los días en practicantes y afición.
Esa situación llevó a los directivos de la SFC (Striker Fighting Championship) a programar un evento sin precedentes en Medellín este sábado, en el Casino Río, donde habrá una velada de ocho combates, entre ellos la pelea estelar entre José Cortés y Gilber Ordóñez, por el título del peso pluma.
El deporte, que puede parecer cruel y despiadado, requiere de una férrea disciplina, lo que hace que quienes se dedican a este se alejen de los vicios y no cojan caminos que los lleven a la criminalidad.
Tampoco es una disciplina exclusiva de hombres. Alejandra Lara, practicante de artes marciales mixtas destaca el auge que ha tomado. “La gente los está conociendo mucho, hay mucho talento y está desapareciendo el estigma de que es un deporte muy violento. Sí es de contacto, más no malintencionado”.
Daniel Holguín, otro de los profesionales de la disciplina, explica porqué hay que ser tan comprometido cuando se elige practicarlo. “El que lo practica sabe que debe aprender de jiu-jitsu, lucha, boxeo, judo, muay thai y kickboxing”.
Alejandro Herrera, también peleador y con experiencia internacional, dice que con cada evento que se realiza en Medellín se demuestra que las artes marciales mixtas pueden ser una opción para cualquier persona. “Se demuestra que no somos animales como mucha gente piensa y que es una disciplina llena de lealtad porque después de todos los combates los practicantes se abrazan como grandes amigos”.
Ya comenzó el montaje para esta velada que demuestra que las artes marciales mixtas están pegando cada vez más duro en Medellín.