En sus 1,82 metros de estatura y sus 65 kilogramos de peso Julio Sebastián Acosta esconde un portento del automovilismo criollo. Desconocido aún, ignorado también, pero haciendo historia en el lejano Oriente, donde este fin de semana coronó una temporada, que todavía no termina, como campeón de la Fórmula 4 en China.
Oriundo de Ipiales, Acosta, fiel a lo que realizó todo el año, se adjudicó las dos válidas programadas del campeonato en el circuito internacional de Zhuhai, carreras en las que además logró la pole y la vuelta rápida, confirmando su calidad en estos bólidos.
“Estoy muy contento porque este triunfo es el resultado del esfuerzo, el trabajo en equipo y el sacrificio de estar compitiendo lejos de mi país”, reseñó el joven piloto de 24 años de edad, bachiller académico de la Institución Educativa Sucre de Ipiales y quien ha dejado pendientes dos carreras (Ingeniería Mecánica Automotriz -dos semestres- e Ingeniería en Comercio Internacional, ambas en universidades del Ecuador), por dedicarse al automovilismo.
“Hasta ahora he ganado seis de las siete válidas disputadas. Eso es un buen registro y, claro, el título”, señaló desde China, donde logró el título en forma anticipada, pues aún falta una fecha para el cierre de la serie de la cual se convierte en el primer campeón, ya que este año se le dio inicio en ese país a esta categoría.
Acosta vive en China desde hace cinco años. Ya en 2013 fue campeón de la Renault F-2 Asiática. Allí, además, dicta clases de automovilismo deportivo y testea carros de carreras. Su lamento, como muchos más, tiene que ver con la falta de presupuesto para aspirar a ascender en otras categorías del automovilismo (F-3 o F-1, las más competitivas) .
