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La delantera del conjunto cundinamarqués destaca
por su capacidad de discurso motivacional y religioso.
Duro y fluido, como para que no queden dudas de que hay que escucharla, son los modos en los que habla Luis Fernanda Briceño Quecan, una niña de 13 años que juega con IMRD de Chía.
Gracias a su elocuencia y su capacidad de improvisación, es la encargada de repartir los sermones espirituales que, según el entrenador Miller Rojas, son vitales para el rendimiento del equipo.
“Cuando hacés hincapié en ese campo del espíritu, de fortalecimiento del alma, garantizás que se potencie todo eso que puedes entregar en la cancha; y tener a alguien tan inteligente como Luisa, que es una gran motivadora, es una ventaja”, dice Rojas.
Luisa siempre admiró a las grandes jugadoras de fútbol como la bella estadounidense Álex Morgan, algo que definitivamente influyó en guiarse por el balompié.
Su consagración a Dios es cuestión de familia. Su madre acude a diario a una iglesia de Chía, en las noches, por lo que ella también adquirió esa tradición. Y ahí, dice, es que comprendió lo que esa relación con lo divino es lo que la fortalece en sus metas.
“Yo me invento esas oraciones antes de los partidos, las reflexiono sola, antes de salir del hotel y en el camerino, siempre pienso qué sentimiento necesito para salir motivada y, así, incentivar a mis compañeras”, comenta.
Líder natural y espiritual del elenco, admite que el Ponyfútbol es un torneo que cualquier niña de su edad desearía jugar, por lo que hicieron una preparación religiosa previa a la competencia.
“Uno recuerda todo lo que pasó, la cancha en el barrio de Chía, las oportunidades, la confianza, y todo eso te hace agradecer estas ocasiones de demostrar su talento”, dice Luisa, quien ahora se prepara para guiar a su equipo en los cuartos de final del Pony. Se medirá a Atlético Nacional