Hay futbolistas que aunque nacen en Colombia, encuentran su plenitud en una nación adoptiva o hereditaria. En días recientes se han presentado varios casos y el más sonado es el del delantero del América de México Julián Quiñones, quien decidió representar los colores del país manito.
Ahora Pablo Sabbag, atacante de Alianza Lima, sorprende con su decisión. Aunque desde sus inicios marcó diferencia gracias a su olfato goleador, nunca fue llamado a una convocatoria en la Tricolor de mayores.
Más bien encontró en la tierra de sus antepasados la posibilidad de seguir inflando las redes contrarias. “Es un gran placer anunciarles que desde ahora representaré a la Selección de Siria, comenzando con la Copa de Asia, en donde espero que tengamos buenos resultados. Estoy muy feliz con mi decisión porque de allí son mis ancestros y me siento honrado de representarlos”, señaló el jugador en su cuenta de X.
El espigado atacante debutó con Deportivo Cali en 2016. Allí estuvo durante tres temporadas en las que disputó 31 partidos y anotó 6 goles.
Sus buenas cualidades y madurez a temprana edad le abrieron las puertas para fichar por el Tondela de Portugal en 2018-2019, donde no tuvo casi oportunidad de mostrarse, pues actuó en solo 7 encuentros y convirtió un tanto.
Luego arribó a La Equidad, elenco en el que tuvo más continuidad: estuvo 4 años en los cuales disputó 85 partidos e hizo 25 anotaciones.
Ahora, tras un paso discreto por Estudiantes y Newell’s en Argentina, está en el cuadro peruano, en el que ha jugado 27 encuentros y suma 10 goles.
Orígenes asiáticos
“El Jeque del Gol”, remoquete que le pusieron cuando jugaba en la liga colombiana, es hijo del médico ortopedista Carlos David Sabbag Náder y de Dinelly Daccarett Daccarett, administradora de empresas.
Precisamente los lazos que los vinculan a esta nación del Medio Oriente son provenientes de su bisabuelo, David Sabbag, y de su abuelo, Nicolás Sabbag, quienes son oriundos de Marmarita, Siria.
Sus condiciones como delantero por su buen juego aéreo, despliegue y potente remate al arco, le caen bien a un combinado que sueña con levantar el título en el campeonato asiático que se disputará desde el 13 de enero de 2024.
Este caso también hace recordar al de otros cafeteros (ver protagonistas) que decidieron defender los colores de otra bandera porque aquí nunca les abrieron las puertas.