<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Antonina, joya de las pesas

La descubrieron en Vigía del Fuerte, zona de Urabá, cuando tenía 11 años. Va firme en su camino olímpico.

  • Antonina Moya Menapesas
    Antonina Moya Mena
    pesas
06 de febrero de 2018
bookmark

Cuando el cazatalentos la vio jugando fútbol con sus amigos en la placa polideportiva del municipio de Vigía del Fuerte, al sur de Urabá, de inmediato supo que ella era el tesoro que buscaba para las pesas.

Al ver su fuerza, potencia y biotipo, la abordó y le preguntó: ¿Hija, por qué no fue a estudiar?

“Hoy le tocaba el turno a mi hermanito. Él y yo nos compartimos los zapatos (tenis) del colegio”, le respondió con timidez la niña de 11 años y cabello ensortijado.

Así relata Jofre López el episodio de aquel inolvidable 26 de septiembre de 2013 cuando, después de recorrer 7 horas en lancha desde Turbo, descubrió a Antonina Moya Mena, la joya que pule la halterofilia. A sus 16 años ya es campeona panamericana y suramericana.

Las palabras de la pequeña le llegaron al corazón a este hombre que tenía como misión seleccionar prospectos para el Centro de Desarrollo Deportivo de Urabá. “Esa respuesta me partió el alma, pero también me llenó de esperanza”.

Su labor en la única institución educativa de este pueblo de cerca de 2.000 habitantes había terminado, luego de evaluar a más de un centenar de muchachos. Tras hacer las valoraciones físicas eligió a dos jóvenes, pero en su interior algo le decía que debía continuar.

El pálpito, antes de que llegara la noche, lo llevó hasta la cancha donde Antonina demostraba sus fortalezas. Luego de presentarse como entrenador, le contó los alcances del programa y le pidió autorización para hacerle un test, cuyos resultados lo impactaron: “Cada vez que aplicaba las pruebas establecidas en el protocolo -cuenta Jofre-, mi sorpresa era mayor. Es difícil contenerse cuando tienes al frente a una niña talento. Quizás algunos no se asombren por los resultados físicos, pero las capacidades volitivas de esta niña no tenían precedentes. Ella no se le arruga a nada, jamás dice que no puede”.

Rumbo al progreso

Con el pesar de este forjador de campeones, otra chica tuvo que “bajarse de la lancha”. Jofre les explicó a los profesores del colegio y a la familia el progreso que podía tener esta joven si iniciaba el proceso. Y después de la visita domiciliaria que hizo una funcionaria de Indeportes Antioquia, la atleta quedó inscrita en el programa que tenía como sede principal Apartadó, a donde llegó una semana después.

Allí tardó poco, pues la Liga le abrió las puertas de la Escuela de Pesas en Medellín, ciudad que le brinda hospedaje y estudio.

En Vigía, Antonina vivía con su abuela materna Sonia María Palacios en una casa de madera, sin los servicios públicos básicos. Sus padres Teófilo (pescador) y Francisca (servicios generales), estaban radicados en otras poblaciones, luchando por el sustento de sus ocho hijos.

Hoy, a sus 16 años, cursa el grado once y se le nota feliz. “El proceso va bien, gracias a Dios, como yo quería”, dice con convicción, pues acaba de recibir la carta en la que Coldeportes Nacional la inscribe como deportista excelencia, lo que le asegura fogueos internacionales.

Su próxima meta es obtener la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Argentina. “Y si Dios me lo permite, cuando sea mayor, ir a una Olimpiada y ser campeona”, advierte la chica a quien los amigos señalan como extrovertida, colaboradora, correcta y amable.

Sara López

Este artículo se publicó en el aniversario 106 de EL COLOMBIANO, con Sara López como director invitado.

Te puede interesar

Las más leídas

Regístrate al newsletter