En el momento en que me preguntaron si quería ser director de Deportes por un día de EL COLOMBIANO, la verdad lo dude. No tenía ni idea qué contar. Luego todo fue más claro cuando me puse en el papel de deportista y en lo que me gustaría saber para ser cada vez mejor en lo que hago.
Quiero pensar en esta edición como un abrebocas a lo que deben ser los deportistas profesionales en Colombia. Pero no me refiero al profesional como lo define la Ley del Deporte, sino como aquella persona que dedica tiempo de su vida a una pasión y que, al igual que cualquier otro trabajo, demanda tiempo, sacrificio y ante todo disciplina. Este individuo comprende que requiere más que un plan de entrenamiento y una estrategia de competencia, un plan que le ayude a potenciar lo deportivo. Como deportistas debemos ser vistos como marcas propias que representen un cúmulo de atributos y beneficios para las empresas y el público en general, de la misma forma que lo hacen los productos y los servicios de cualquier
compañía.
Espero les sea de utilidad. Más que una edición especial de deportes, donde los directores cuentan cosas interesantes, quiero que sea una guía para cambiar mentalidades y mostrar que el deporte como proyecto de vida en Colombia sí es posible y cada vez tiende a tener apoyo y futuro.