Que una película se vuelva serie (o viceversa) y sea exitosa requiere de muchos factores para no ser repetitiva, predecible y poco creativa. El mejor ejemplo de que se puede lograr lo da el crítico Diego Agudelo y se trata de Fargo, que como programa serial nació en 2014, 18 años después de que los hermanos Coen (Ethan y Joel) estrenaran la cinta que se ganó dos premios Oscar. “La película, que ya era excelente, la convierten en serie y logra ser una de las mejores de los últimos años con las primeras tres temporadas”, cuenta Agudelo.
El artífice de ese logro es su creador, el escritor norteamericano Noah Hawley, quien conversó con EL COLOMBIANO gracias al estreno, ya al aire, de la cuarta entrega que llega a Colombia por OnDIRECTV, y que se ve todos martes desde las 9:00 p.m. Tendrá un final de dos episodios el 8 de diciembre.
¿Cuál ha sido la clave para que los críticos y la audiencia alaben la serie?
“Es entender que las dos son diferentes. Desde el comienzo pensé que si intentaba que el programa fuera tan cómico como la película la gente pensaría que me había equivocado. Y también sabía que para aguantar diez horas necesitábamos poder mantener la sensación de peligro de principio a fin”.
Cuando estaba creando la serie, ¿pensó que ese universo de los hermanos Coen sería tan exitoso en la tv?
“No. Estaba nervioso, nadie pensaba que era una buena idea lo que estaba haciendo y tomé muchos riesgos creativos, así es como me gusta trabajar, y fui recompensado por ello. Es asombroso ese miedo y esa duda que te llega cuando sobre algo que se hizo hace un tiempo intentas hacer algo nuevo, de una manera diferente. Si juegas a lo seguro y haces lo mismo se va a notar”.
¿Qué hace usted en esos momentos de bloqueo, si es que los tiene?
“Claro, pasa muy a menudo y más cuando escribo y dirijo y me involucro, ahora estamos escribiendo en Fargo. Se terminó la filmación, pero el final de la serie aún continúa. Entonces, estoy ocupado con eso y al mismo tiempo se planean nuevos programas de televisión o películas. Es raro que haya un momento en el que no tenga nada en qué pensar, le he dicho que sí a demasiadas cosas y después tengo que averiguar cómo hacerlas, sería bueno invertir en menos proyectos para mantener baja mi presión arterial”.
Entonces cómo se organiza, porque también tiene varios libros escritos...
“Diría que soy muy productivo en el tiempo que tengo, algunas semanas más que otras, pero sabrás que ahora no solo somos trabajadores, también esposos, padres, maestros de escuela con nuestros hijos en casa, ha sido un año difícil. No te miento: no escribo los fines de semana, no soy bueno después de las 8:00 p.m., escribo de lunes a viernes de 9:00 a.m. a 6:00 p.m. y soy rápido”.
¿Cómo trabaja para Fargo con un equipo de escritores?
“Me gusta empezar solo, luego tenemos una sala con cuatro escritores que nos ayudan a pensar en toda la historia. Es tener a grandes mentes mirando la historia de manera diferente. Si le preguntas a ellos qué es lo que va a pasar tendrás tres o cuatro respuestas distintas. A medida que me hago mayor comprendo que me ayuda muchísimo tener gente a mi alrededor con la que puedo pensar y elegir en voz alta a través de lo que va planteando la historia”.
En su experiencia, ¿cuánto ha cambiado el rol de showrunner hoy?
“La tv ha aumentado la exigencia de la mayoría de los que querían ser cineastas, no es casualidad que veas un programa como Breaking Bad y luego Better Call Saul, muchos canales en los que un creador es director. Yo siento que hoy no se pueden separar las palabras que dicen los actores de la forma en que la cámara cuenta la historia”.
¿Qué puede decir de esta cuarta temporada de Fargo?
“Es épica, es una historia grande, hay 21 personajes principales. En el corazón de la historia se encuentran dos organizaciones criminales en la década del 50, en Kansas City, en el centro de Estados Unidos. Una está formada por italoamericanos que han venido de Italia, en los últimos 10 o 20 años y luchan por el territorio con los afroamericanos que emigraron del sur al norte. Y todos están peleando por un trozo del pastel”.