Economía, seguridad y durabilidad. Este es el trípode sobre el cual los fabricantes están trabajando para definir cómo pueden ser las llantas del futuro.
También en este planteamiento el tema del respeto al medio ambiente se vuelve un factor importante, desde su construcción, hasta el aporte a la generación de menos emisiones con su función como elemento para darle rodamiento al vehículo.
Curiosamente en este futuro, por lo menos en el mediano plazo, la idea de la llanta eterna, que nunca se pincha, como ya se han presentado algunos prototipos, aún no es tan viable, sostiene Alberto Gómez, gerente de mercadeo de la firma Marllantas.
Menos contacto al piso
Aunque suene paradójico, por ser las llantas el elemento que vincula la estructura del carro a la superficie de rodamiento, y por lo tanto factor de seguridad, una tendencia que observa Alberto es una disminución de la llamada banda de rodamiento, que es menos ancha. Esto porque en la medida que los carros ganan en eficiencia, menor peso y sus motores son más potentes aún de menor cilindrada, el esfuerzo para moverse es menor y las llantas pueden girar más libremente, con menor presión sobre el piso.
Más rin, menos perfil
Otra de las tendencias tiene que ver con un aumento en la medida del rin (en pulgadas) y una disminución del perfil (o el alto) de la llanta.
Ya los rines de 13 pulgadas están prácticamente fuera de ruta, “en un 90%”, dice el directivo de Marllantas.
Hoy las medidas apuntan a rines a partir de las 15 pulgadas como medida estándar, y en esa medida el perfil se reduce pero sin perder capacidad de confort.
Y en el diseño de la llanta, aunque estuvo de moda el dibujo espina de pez, este no resultó ser tan eficiente en piso seco, y aún los dibujos tradicionales se conservan por su capacidad para evacuar el agua y minimizar el hidroplaneo en la conducción.