El diagnóstico es fatal. Se estima que desaparecerán en las próximas tres décadas. El primero en extinguirse podría ser el nevado de Santa Isabel.
Los seis glaciares colombianos están sentenciados a muerte. La descripción es bastante fatalista, pero inevitable: estos ecosistemas están en cuidados intensivos bajo estricto monitoreo y su muerte está cantada. ¿La razón? Se derriten.
El dato lo da el ministro de Ambiente, Luis Gilberto Murillo: el área glaciar colombiana se redujo 60 % en los últimos 50 años y tiene una tendencia de disminución anual de 3 %.
Y esto pasa porque los nevados son como las personas. Así los describe uno de los pocos glaciólogos que hay en Colombia. Se trata de Jorge Luis Ceballos, quien en este momento trabaja para el Ideam y es el encargado del monitoreo y estudio de estos lugares. “El glaciar necesita alimento. Si nosotros no comemos todos los días pues nos vamos...
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