A medida que crece el parque automotor, aumenta el problema: la conducción de vehículos y de motos bajo los efectos del alcohol o de las drogas es un mal de la ciudad y la mejor tecnología de que dispone la Secretaría de Movilidad ha permitido detectar la gravedad del problema.
Por ejemplo, el año pasado, cuando aún no se tenía la unidad móvil, que es un laboratorio para hacer la pruebas de alcoholemia en la vía, se revisaron 12.440 conductores en 96 operativos, que arrojaron un resultado positivo (conductores ebrios) de 1.156.
Este año, cuando empezó a funcionar la unidad, en solo seis meses ya se superó la cifra de operativos de todo 2012: se han hecho 114 en los que se les ha aplicado la prueba a 18.974 conductores, de los cuales se detectó a 2.390 en estado de embriaguez.
Carlos Alberto Marín, subsecretario de Seguridad Vial y Control de la Secretaría de Movilidad, destaca que el porcentaje de personas que conducen ebrias se mantiene entre el 8 y el 10 por ciento.
"Este año, con la metodología y los controles de calidad, hemos mejorado el procedimiento y por eso hay más efectividad", indicó.
Antes no era posible diferenciar si una persona iba al mando del vehículo bajo los efectos del alcohol o de alguna sustancia sicoactiva, llámese marihuana, bazuco o cocaína.
"Con el acompañamiento de médicos en la unidad móvil ya es posible hacer las pruebas de detección de drogas", añade.
Estas se aplican cuando los médicos legistas que acompañan el móvil tienen indicios de que una persona viaja bajo esas circunstancias.
Las sanciones
Al 30 de junio de este año, reveló Marín, a 1.418 personas se les ha suspendido la licencia de conducción por manejar ebrias. Por ir bajo los efectos de las drogas se han sancionado 30 personas.
Martín Adolfo Arango Franco, secretario de Movilidad (e) por vacaciones del titular, Omar Hoyos Agudelo, subraya que separar las sanciones al conductor ebrio o al que ha consumido drogas no es posible, porque las sustancias sicoactivas, en Medicina Legal, se asimilan al primer grado de alcoholemia, es decir, un consumo entre los 20 y 39 miligramos.
"El médico forense, una vez descarta el consumo de alcohol, que es la primera prueba que se hace, realiza dos pruebas adicionales para detectar el consumo de alucinógenos", afirma y aclara que ambas pruebas las puede hacer el laboratorio móvil.
Este sistema ha dado tan buenos resultados, que para fines de este año, la dependencia tiene proyectado adquirir una nueva unidad móvil, lo que permitiría incrementar los operativos y las personas detectadas.
La concejala Aura Marleny Arcila, que ayer lideró un debate sobre el tema en el Concejo, admitió la gravedad del problema, cuyo crecimiento va asociado a una legislación nacional que todavía es laxa en los castigos para los infractores, al incremento del parque automotor en la ciudad, que en cinco años prácticamente se ha duplicado, y al alto consumo de alcohol y drogas que caracteriza a Medellín.
"Un estudio de Salud Mental hecho por la Universidad de Antioquia el año pasado determinó que en las 16 comunas, más del 50 por ciento de los habitantes admite haber consumido alcohol, y promedios cercanos al 20 por ciento, sustancias alucinógenas, con acento más grave en unas comunas que en otras.
Por ejemplo, en alcohol, en Santa Cruz el índice es del 58, en Manrique del 62 y en el Popular del 58. En alucinógenos, Santa Cruz tiene el 23,6 de consumo, Aranjuez el 19,6, La Candelaria el 20,6 y Manrique el 18.
"Las drogas y el alcohol tienen como efecto que se pierde la capacidad de respuesta, hay pérdida de la conciencia y se da más osadía en la vía", es decir, quien va drogado o ebrio no tiene mucho reparo en pasarse semáforos en rojo, obviar las señales de pare o andar a velocidades no permitidas, advierte Aura Marleny.
La concejala aboga porque se monten unidades móviles en todas las comunas, pues es de ellas de donde salen los ebrios en sus carros.
Avanzan investigaciones
Hasta el pasado 30 de junio, Medellín registraba 131 personas muertas en accidentes. De ellas, los peatones han puesto una cuota de 60; los motociclistas, 46; los ciclistas, 10; otros conductores, 5; y otros pasajeros, 3.
El total de heridos es de 2.053, de estos 1.053 motociclistas y 636 peatones.
De un total de 23.564 accidentes, en 260 ha habido embriaguez relacionada, con un total de 265 conductores detectados.
Juan Carlos Múnera Lopera, fiscal asesor de la Seccional de Fiscalías de Medellín, afirma que en su unidad se adelantan 72 investigaciones por lesiones personales en accidente de tránsito agravada por estado de embriaguez. También avanzan 22 procesos por homicidio y 2 están en etapa de juicio por la misma circunstancia.
Las penas por esta causa van entre los 48 meses y los 20 años, pero la justicia colombiana permite aplicar sanciones diferentes a la prisión, "como el principio de oportunidad, que se basa en la reparación a las víctimas no sólo desde el punto de vista económico sino también simbólico", explicó Múnera Lopera.
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