Abrir la canilla, poner un vaso bajo el grifo y beberlo sin el temor a contraer una enfermedad, es hecho desconocido para los habitantes de las veredas más alejadas del departamento. En algunas, incluso, deben cargar al hombro o a lomo de mula, baldes con el líquido vital por largos trayectos.
Lejos del Nido, por ejemplo, es una vereda ubicada a 30 minutos del casco urbano del municipio de El Retiro que hasta hace un año veía como sus niños presentaban palidez, dolores de cabeza y problemas estomacales por ingerir agua sin ningún tipo de tratamiento.
Por problemas como el de Lejos del Nido, la fundación EPM decidió aliviar mediante soluciones tecnológicas la falta del recurso natural potable en poblaciones donde es difícil que el suministro llegue en un futuro cercano, en especial, en aquellos donde las viviendas se encuentran dispersas.
Así, con aliados como Femsa, y Fraternidad Medellín invirtieron cerca de 1.300 millones de pesos para instalar en algunas escuelas de estas zonas rurales, plantas potabilizadoras.
En 2011 fueron beneficiados 36 centros educativos, con una inversión de 35 millones de pesos en cada planta y un costo de operación de un millón 500 mil pesos mensuales que incluyen estudios de agua, insumos químicos y reposiciones de equipos necesarios.
Según indicó el coordinador del programa Agua para la Educación, Educación para el Agua, Luis Felipe Zapata, para 2012 la iniciativa busca beneficiar otras 36 escuelas, principalmente del Urabá antioqueño y de Ituango. Se estima que 3.800 personas podrán disfrutar del recurso.
"Estamos llegando con agua potable y beneficios en salud y sensibilización en cuanto al uso de los servicios públicos, para que el recurso se utilice como se debe", resaltó Zapata.
Mejor calidad de vida
La institución educativa lejos del Nido, ubicada en la vereda que lleva su mismo nombre ya ve el cambio en la salud y la educación de sus estudiantes quienes cuidan la planta y ya saben como usarla.
Dora Inés Pedroza, directora de la institución, afirmó que la planta "es como una niña mimada que ya hace parte de nuestra comunidad de la que también disfrutan los padres de familia que vienen con sus recipientes".
Con la iniciativa se benefician cerca de 83 estudiantes quienes "adoptaron conciencia del cuidado no solo de los recursos hídricos, sino de la naturaleza", dijo la directora Pedraza.
En el municipio de Cocorná también se vio el beneficio. Según el alcalde Jorge Vázquez, el proyecto llegó a la comunidad educativa de las veredas San Vicente y Las Cruces quienes están felices con la iniciativa.
"Ahora sí pueden consumir agua, porque antes era muy sucia y muchas de las enfermedades que se presentaban están asociadas a esto", resaltó.
Zapata destacó que durante el primer año de la iniciativa "los niños han sido muy importantes. Siempre están pendientes de cerrar la llave del agua y de cuando la planta no está funcionado".
Padres y docentes también están comprometidos con el cuidado del agua y son los encargados de la operación.
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