El significativo atraso que tiene la infraestructura vial afecta la competitividad y el desarrollo. Además, mientras no se pongan en marcha soluciones radicales tendientes a modernizarla, esta se convierte, cada vez más, en un obstáculo para el progreso: aumentan los tiempos de desplazamiento y se incrementan los costos de operación.
En estas condiciones se hace difícil para muchas regiones y sectores sacar provecho de los TLC. De allí que diversos estudios demuestran las importantes ganancias que el país puede obtener si se resuelve el cuello de botella que representa su infraestructura.
En este sentido el Gobierno y el Congreso han venido adoptando una serie de medidas tendientes a facilitar el desarrollo de la misma. Para ello la institucionalidad del sector ha sufrido una transformación significativa. Así, se creó la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI); se aprobaron las leyes de asociaciones público-privadas (APP) y de Infraestructura; y se fortaleció la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN).
Paralelamente se trabajó en la formulación y estructuración de los proyectos que hacen parte de las concesiones de cuarta generación vial (4G), entre los cuales se encuentran las denominadas Autopistas de la Prosperidad que tanta importancia tienen para el país y, particularmente, para Antioquia.
En días pasados comenzó el proceso licitatorio de las 4G con el primer proyecto por adjudicar que une a las localidades de Girardot-Honda-Puerto Salgar y para el cual dos grupos mostraron interés. Lo mismo ocurrió con el segundo proyecto, Pacífico 1 (que hace parte de las Autopistas de la Prosperidad), donde también se presentaron dos grupos de diez precalificados.
Sin embargo, diversos grupos, nacionales e internacionales, interesados en participar en los nuevos procesos licitatorios han manifestado preocupaciones respecto al financiamiento y la rentabilidad de los proyectos. Por este motivo, y buscando encontrarles solución a dichos problemas, el Gobierno decidió modificar el cronograma de adjudicación de nuevos proyectos.
Entre los problemas identificados está el hecho de que los bancos privados nacionales no participaron en el financiamiento de los proyectos. La razón para ello es que dichas entidades no están interesadas en financiar estas iniciativas en plazos superiores a diez años.
Entre las limitantes que tienen los proyectos de 4G, Bancolombia identifica problemas con el retorno y el financiamiento de los mismos, y con la incertidumbre jurídica generada por cambios en la estructura del contrato y la cesión de derechos económicos.
Precisamente, ante las preocupaciones expresadas por los diversos actores, en días pasados, y con el ánimo de facilitar el flujo de recursos externos y lograr financiaciones más económicas, el Confis aprobó aumentar la cantidad de pago en dólares. Asimismo, la FDN selló una alianza para que el Banco Agrario diversifique su cartera y financie concesiones.
Por su magnitud el Programa de 4G representa un reto enorme para todos los participantes en dicho proceso. Es claro que el nuevo esquema de contratación genera temores y desafíos y aún deseos de volver a los vicios del pasado que nos mantienen en el atraso.
Frente a la urgencia manifiesta que tiene el país de que dicho Programa se concrete, resulta de vital importancia que el Gobierno adopte las medidas necesarias que aseguren, en los procesos de adjudicación, las condiciones financieras, de competencia y de seguridad jurídica requeridas.
Esto como condición ligada, por supuesto, al cumplimiento de cronogramas, presupuestos, compromisos y niveles de calidad de las obras.
ANI HA DESARROLLADO UN TRABAJO JUICIOSO EN EL TEMA FINANCIERO DE LAS 4G
Por Federico Restrepo
Gerente de las Autopistas de la Prosperidad
Es normal que cualquier hecho relacionado con las Autopistas de la Prosperidad genere mucha sensibilidad.
Sin embargo, es de resaltar que la licitación de la Pacífico 1 ya se cerró.
Las dos o tres semanas que se ampliaron los plazos es para permitirles a los proponentes ajustarse a las condiciones frente a la oferta financiera de la banca comercial. Eso lo que le está dando es mensajes al mercado, por un lado, y por otro lado está la respuesta del gobierno mostrando que hay alternativas, por ejemplo, como el aumento de las vigencias futuras en dólares.
Estábamos acostumbrados a que proyectos de esta naturaleza se daba uno cada diez años y no en la magnitud en que se están dando hoy.
El solo proyecto de las Autopistas de la Prosperidad es dos veces Ituango.
El trabajo que se ha hecho desde la Agencia Nacional de Infraestructura es juicioso en el tema financiero y los proyectos están muy bien estructurados.
Los tiempos que se han corrido en cuanto a los cierres de las licitaciones, son posibles de recuperar en la evaluación de las propuestas. El efecto neto es muy neutro. Hay el nerviosismo propio que se genera frente a proyectos de esta magnitud, pero el mensaje que yo puedo enviar es de tranquilidad de que las cosas se van a dar.