El 12 de marzo de 2011 publiqué, en este mismo espacio, una columna titulada Santos en caída libre, en el mejor momento de favorabilidad del Presidente; ante lo que se vinieron encima los críticos de oficio por atreverme a hacer futurología.
¿Tenía poderes extraordinarios para anticiparme a que en algo más de un año, Santos iba a estar cumpliendo mi profecía (en 9 meses cayó 16 puntos)?
Por supuesto que no. Lo que sí se podía ver claramente en ese momento y ahora, es el vaivén de la opinión pública y las variables para esos cambios, que entonces lo tenían en la cima, ahora en el limbo y en 2014 lo volverán a crecer.
Las clases altas reconocieron en Santos un dirigente pragmático que en cosas que les interesan ha sabido moverse: TLC, imagen internacional y crecimiento económico, entre otros. No en vano de este segmento de la población, el 77% tiene imagen favorable de él, muy lejos de la clase baja, que le da 55%.
Es decir, si las cosas siguen marchando como hasta ahora, la clase alta no tendría razón para vetar al Presidente en su reelección; podría, sí, buscar otra alternativa, ¿pero la hay?
Lo veremos en unos renglones más abajo. La tarea que tiene es lograr esa misma reacción en las clases baja y media, que aunque no es labor fácil, con acciones como la de las cien mil viviendas gratis (populismo o no, ese no es el tema de esta columna), sin duda se van a relajar los ánimos. Ahora bien, el otro tema por controlar son los adversarios. Los cuatro flancos que tendría abiertos Santos por los que podrían llegar rivales, están en receso o no hay figuras de cuidado.
La izquierda tiene a su mayor representante ocupado en la Alcaldía de Bogotá, que seguro no va a renunciar.
De otro lado, el uribismo ha demostrado que no tiene aspirantes con opciones reales de triunfo y además son incapaces de llegar a consensos para empezar a buscarlo desde ya.
Como tercer rival podría llegar una ficha rebelde del actual gobierno que haya aprovechado para hacerse visible; pero Germán Vargas Lleras, quien podría ser este jugador, aprendió la lección cuando se le indisciplinó a Uribe y no está dispuesto a cometer el mismo error. Esperará a 2018. En el último frente de ataque podría estar un independiente, pero la mayor figura en este nicho, Sergio Fajardo , está ocupado en la Gobernación de Antioquia y tampoco cometería el error de dejarla a medias.
El Presidente aún tiene dos años para delinear una estrategia que le permita en primer lugar mantener la clase alta contenta, segundo: revertir la tendencia en las baja y media con acciones, no con imagen; y tercero, monitorear -en los cuatro flancos- a posibles figuras que empiecen a crecer, para evitar que eso suceda.
La carrera es larga pero nuevamente me aventuro: Santos será reelegido sin mayor dificultad.
P. S.: Con una brillante trayectoria llega al viceministerio del Interior Juan Camilo Restrepo Gómez , buena noticia para nuestro departamento que tendrá un aliado que no descansa.
@carlosaperez
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