Larga ha sido la espera de feligreses y turistas que querían llegar hasta el altar del Señor Caído de Monserrate, haciendo la peregrinación por el viejo camino de piedra que contaba con más de 400 escalones.
Durante décadas este camino tuvo un precario mantenimiento, y cero actualización entorno a las nuevas reglamentaciones de seguridad que son necesarias en lugares de alta afluencia de turistas, devotos y deportistas, como lo era este sendero, más aún con las fuertes temporadas de lluvias que durante los últimos tiempos han azotado al país.
De ahí que se tomara, hace más de tres años, una decisión radical. Cerrar el camino para su renovación. La administración distrital no esperaba que se demorara tanto su reapertura, la cual requería la voluntad de la administración del Santuario pues debía costear y ejecutar las obras de los 300 metros de llegada a la cima, tramo que contó con una inversión de 1.500 millones de pesos.
Quienes se animen a volver a recorrer este camino se encontrarán con una estructura completamente renovada, cumpliendo con los estándares de seguridad y las exigencias del turismo internacional, con indicaciones en inglés y español.
Según los gestores de la obra, esta cuenta con todas las condiciones para soportar el alto tráfico que se espera los fines de semana y en especial en Semana Santa, pero también la inclemencia del invierno, siempre garantizando la seguridad del caminante.
El antiguo camino no contaba con canales de aguas lluvias, los cuales son indispensables, junto a una reforestación para convertirlo en un bello sendero ecológico. En este punto hay que esperar que la naturaleza haga su labor.
El día de la apertura una gran cantidad de feligreses estuvieron presentes e iniciaron la ruta casi de inmediato, pero se tomaron su tiempo para disfrutar de la belleza del camino y la imponente vista de Bogotá que se logra mientras se asciende al Santuario del Señor Caído de Monserrate.
El nuevo sendero cuenta con mallas protectoras en los puntos más peligrosos. Sin duda lo que abrirá el debate es que los tradicionales puestos de venta que se encontraba a lo largo del camino ya no existen y no se permitirá la presencia de vendedor alguno.
La inversión total fue de 5 mil millones de pesos en sus 2.300 metros de recorrido, sello de Bogotá desde 1640 cuando el santuario abrió sus puertas a 3.152 metros de altura sobre el nivel del mar. Así que si va a Bogotá, tenga en cuenta este plan de "infantería".
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