La Ley ya está aprobada y entró en vigencia en todo el territorio nacional: nadie puede fumar en espacios cerrados por paredes y techos y, menos, si se trata de sitios de confluencia de personas (buses, en el Metro, en ascensores y otros espacios públicos). No se trata solamente de un tema de salud pública y de protección a los fumadores pasivos, sino de simple respeto a los demás y de convivencia pública.
Es deber de todos, los fumadores y los no fumadores, vigilar porque nadie viole esa disposición. Solo así evitamos que la ley se vuelva letra muerta, que nadie respeta ni aplica.
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