Desde la década de los 90, cuando los teléfonos celulares llegaron a Colombia y hasta la actualidad, el crecimiento y evolución de los mismos ha ocurrido de manera acelerada, pues estos equipos han pasado de ser utilizados para hacer y recibir llamadas, a convertirse en un asistente personal de los usuarios en su vida diaria.
En la actualidad, según estudios de la consultora Flurry Mobile, Colombia ocupa el primer lugar de crecimiento con un 278 por ciento en cuanto a la adquisición de smartphones y planes de datos por encima de países como China, Chile o India.
Con el posicionamiento de estos equipos en el país, los colombianos han empezado a adoptar hábitos de consulta, estudio, comercio a través de internet y -más importante que estos- de relacionamiento social, pues la fiebre por las redes sociales viene en aumento.
Dicha fiebre se ha convertido en una problemática debido a que los usuarios de estos servicios, jóvenes en mayoría, han comenzado a descuidar sus tareas diarias y el relacionamiento directo para hacer uso de un intermediario tecnológico.
Si bien los círculos sociales y la comunicación interpersonal son de vital importancia para el individuo, el uso de teléfonos inteligentes ha llevado estos elementos del espacio físico al digital, haciendo pensar que si no se tiene un teléfono de este tipo no se está en capacidad de relacionarse, ya que el uso de tecnología dentro de las relaciones sociales ha tomado una gran relevancia y esta comienza a sesgar y a cerrar el círculo de las mismas.
Se asume que sin dichas herramientas simplemente se está "out", pues estos teléfonos se ven involucrados en gran parte de las actividades cotidianas de las personas gracias a la suposición que dicta que en cada hogar de Colombia habría un smartphone.
Situados en nuestra realidad actual y mirando hacia el futuro, solo queda dejar el interrogante, ¿tus relaciones dependerán del teléfono celular que utilices o de tu capacidad para comunicarte con los demás?
*Taller de Opinión es un proyecto de El Colombiano, EAFIT, U. de A. y UPB que busca abrir un espacio para la opinión joven. Las ideas expresadas por los columnistas del Taller de Opinión son libres y de ellas son responsables sus autores. No comprometen el pensamiento editorial de El Colombiano, ni de las universidades e instituciones vinculadas con el proyecto.
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