Cuando John Córdoba sale a celebrar un gol hacia la tribuna, lo hace apuntando hacia mí. Soy Manuel Acisclo Córdoba, su padre. Fui futbolista y goleador, así como él que ahora es el máximo artillero de la Liga Postobón-I haciendo parte del Envigado.
Si me pongo a hacer comparaciones, pues lo veo con la misma personalidad mía, que obedecíamos a los entrenadores, pero que entrábamos al campo y sabíamos que teníamos el talento para hacer la nuestra. Eso le estoy viendo en este semestre, más asentado, menos nervioso, y eso se nota con los goles marcados, que ya son cuatro en dos partidos.
John Andrés es mucho más potente de lo que yo era, además tiene mejor juego aéreo, es un hombre de área. Yo tenía más gambeta, siempre me vieron como un delantero por fuera, que podía acompañar bien, pero hacer 153 goles no los hace cualquiera y es una dura tarea.
Cuando yo comencé los equipos pasaron de tres delanteros a dos, pero mi hijo, desde que está en la Selección Antioquia y ahora en Envigado se acostumbró a jugar solo, y eso es bueno para los delanteros. Te obliga a ser mejor jugador, no solo definidor, porque no tienes tanto acompañamiento.
Cuando veo a John en Envigado, junto a un hombre de mucho talento como Néider Morantes , recuerdo que yo tuve la ventaja de tener a Carlos el Pibe Valderrama en mis primeros partidos con el Unión Magdalena, en un equipo que era mezcla de veteranos y jóvenes. Y luego pasé a Nacional con César Cueto , al Millos de Silvano Espíndola , al Santa Fe de Alfonso Cañón Jr.y Armando el Pollo Díaz , hasta el Huila que tenía a Guillermo Berrío . Pero este Néider como 10 es un cheque al portador.
Lo bueno es que John tiene 19 años y ya lleva nueve goles anotados. Yo vine a hacer mi primer tanto cuando ya tenía 20. No se debutaba tan rápido como ahora. O sea que si sigue así me va a superar rápido.
Algunas veces me lleno de nostalgia, pero estoy contento por como va su carrera. Pero John ya está en la Selección Colombia sub20, tiene el camino claro para ser figura. Sería una bendición si llega a ser mejor que yo, lo mejor que me puede pasar.
Una alegría inmensa.
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