Esperamos que la Corte Constitucional no apruebe la posibilidad de adopción de niños por parte de parejas homosexuales. Hacerlo sería ir en contra de las leyes naturales y de la misma Constitución Política de Colombia.
El artículo 42 de la Carta Magna dice: "La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla". Pero, además, en el artículo 44 plantea que tener una familia es un derecho de todo niño.
Luego, el niño tiene derecho a estar en un hogar conformado por un hombre y una mujer.
Pero hay algo más y de una mayor importancia que se remite al campo de la sicología. Los niños aprenden a través del ejemplo, de los modelos que les presentan quienes conviven con ellos.
Un hogar conformado por dos hombres o dos mujeres les priva a los niños de la imagen femenina o masculina e interfiere en el desarrollo equilibrado de su personalidad y de su identidad sexual.
Estamos de acuerdo con que las parejas de un mismo sexo tengan las garantías de seguridad social, de sucesión, y que sean respetadas en su opción de vida. Pero ellas mismas deben ser conscientes de que no reúnen los requisitos para participar en el proceso de formación de los niños.
La infancia es el futuro de una comunidad y es deber de los adultos ofrecerles las mejores condiciones para su desarrollo.
Las parejas homosexuales deben entender esto y ser generosas con respecto a los niños. Priman los derechos de éstos no solo por su vulnerabilidad sino porque son la esperanza.
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