Ante la angustia que generó el trasnocho y la larga espera en la entrega de los cadáveres, contar las historias de sus seres queridos fue un aliciente para padres e hijos, que con resignación esperaban en las afueras de la morgue del hospital de San Luis.
Sus palabras trataban de atenuar el dolor de saber que ayer se elevó a 24 el número de víctimas fatales que dejó el accidente del bus de Transoriente, que rodó por un abismo en zona rural de San Luis, en el retorno de la Semana Santa.
En hospitales de Rionegro se recuperan siete personas que resultaron heridas, pero que están fuera de peligro. Sólo un hombre adulto tiene pronóstico reservado.
Luis Eduardo Ramírez Jaramillo, quien ya pasa de los 60 años, no podía entender cómo había perdido a su hija Amparo Ramírez, de 28 años, secretaria de la inspección de Policía de San Luis, y a su yerno Diego Arango, inspector del corregimiento Jerusalén de Sonsón, a quienes sólo les faltaba cuadra y media para llegar a su casa cuando ocurrió el siniestro.
También lo angustiaba el estado de salud de sus nietos que quedaron heridos. "Cuando se accidentó corrí con mis vecinos a ver lo ocurrido. Vi el carro en el abismo. Prácticamente el vehículo voló, pegó en una barranca y cayó a un arroyito", dijo.
Su hija regresaba de Ríoclaro, Puerto Triunfo, después de que su esposo jugó un partido con el equipo interveredal de La Josefina, agregó.
Muy cerca, el intendente de la Policía Carlos Molina, su esposa María Teresa Gómez y su hija María Alejandra, vivían otro drama por la muerte de Manuel Fernando Jaramillo Gómez, de 15 años, hijastro del uniformado, y las heridas que sufrió una de las primas del adolescente, una menor de 16 años, que salió con él rumbo a Rionegro.
"Perdimos un gran hijo, aquí tengo la Biblia, que la venía leyendo en el viaje. También se fue un gran estudiante y deportista, porque era un verdadero fanático del baloncesto y por eso lo apreciaban mucho en Puerto Nare, donde hizo parte de la selección", comentó Molina.
Hace cuatro meses, recordó, "me trasladaron para Rionegro y allí estamos viviendo. Él se vino para Nare a ver a su abuela y a sus amigos de infancia, compró el tiquete desde el Jueves Santo y vea lo que le ocurrió".
Al lado de este joven viajaba Jorge Leonardo Forero López, de 20 años, quien también perdió la vida.
Su padre, Jorge Samuel Forero, comentó que él se iba a ir en el bus de las 6:00 a.m., pero quiso compartir un rato más con su familia en Puerto Nare y decidió comprar el tiquete para la 1:30 p.m. "Estudiaba Electrónica en el Pascual Bravo y viajó a esa hora porque estaba en prácticas con EPM en Guadalupe y debía estar en Medellín el lunes".
Más dramas
Por su parte, Óscar Eduardo, uno de los seis hijos que dejó el conductor Óscar Iván Giraldo, recordó que su padre, que llevaba 30 años como busero, salió con viaje de Medellín a las 9:00 p.m. y llegó a Nare a las 2:00 a.m.
"Él era de El Santuario, donde vivimos, y siempre fue muy responsable con su familia y su trabajo. Le encantaba tener el bus en perfectas condiciones. No sé qué le pudo haber ocurrido".
Frente a la morgue del Hospital de San Luis, Liliana se tomaba un tinto para disipar el dolor por la muerte de su hermana de crianza y de los dos muchachos que viajaron con ella a pasar vacaciones en Puerto Nare.
"Habíamos pasado muy bueno pescando y conociendo la región y el Jueves Santo compraron los puestos en el bus, porque después era imposible viajar a Medellín y vea la tragedia", anotó.
Los habitantes de Puerto Nare que llegaron a acompañar a sus amigos y familiares a San Luis no dejaban de recordar al joven Wilson Sorá, quien estaba cursando tercer semestre de Medicina en la U. de A. "Era un joven muy admirado por su comportamiento y su rendimiento académico", dijo uno de los conductores que transportó a los allegados de las víctimas.
En medio de un día opaco fueron pasando las horas y, al caer la tarde, los cadáveres fueron introducidos en varios coches fúnebres que los trasladaron a Medellín, Rionegro y, la gran mayoría, a Puerto Nare.
Hoy les darán el último adiós y se seguirán contando sus historias, esas que los mantendrán siempre vivos en los corazones de los suyos.
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