Empezó con fuerza. La historia de Pepi, Luci y Bom, estrenada en 1980, hecha con dinero de sus amigos, demostró que tenía estilo para narrar historias en el cine.
Veintitrés años, veintitantas películas, dos Óscar y 99 premios más después, Pedro Almodóvar tiene un sello propio que lo identifica como cineasta, que se ve en Los amantes pasajeros, esta comedia protagonizada por Javier Cámara, Pepa Charro y Cecilia Roth que se estrena hoy en la ciudad y que se verá en apenas siete de las más de 100 salas de cine que suman el Valle de Aburrá y Rionegro.
En las páginas especializadas en cine, como el Internet Movie Database (Imdb) y Rotten Tomatoes, que recogen el sentir tanto de los espectadores como de los críticos, su obra sale bien librada.
"Él dio un salto de Kika a La flor de mi secreto, pasó a contar historias más inteligentes, dejando de lado ese Almodóvar gamberro de sus primeras películas. Después llegaron Todo sobre mi madre, Hable con ella, Volver, cintas intimistas diferentes a lo que hizo primero", señala el crítico de cine Oswaldo Osorio.
En sus más recientes trabajos, sin embargo, se le nota más cerca de la movida madrileña que de las cintas que le valieron dos premios Óscar, a mejor cinta extranjera y guion original.
"Retoma elementos de su primera etapa, pero ya sin el diablito de antes. Como un viejo haciendo cosas de jóvenes", agrega Osorio.
El crítico Juan Carlos González lo define como un autor irregular, que igual puede realizar cintas brillantes como decepcionar con La piel que habito. "Es un gran narrador, con un universo propio", agrega.
Para el también crítico de cine Samuel Castro, Almodóvar "está viviendo el difícil periodo de un artista cuando alcanza la cúspide" y recuerda que aunque intente volver a su cine de los 80, el director ya no tiene los mismo 31 años que cuando estrenó Pepi, Luci y Bom.
"Pero es un director que logró crear un mundo, un lenguaje y que le dio estatus al melodrama", agrega Castro y señala un símil: "Cuando la gente creyó que Woody Allen estaba acabado, hizo Match Point; lo dieron por derrotado de nuevo y apareció con Medianoche en París". En una carrera larga, concluye, hay más tiempo para descacharse.
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