Con una sonrisa amplia y las manos arriba, el presidente Evo Morales firmó ayer una nueva constitución para Bolivia y de un tajo instauró otro orden político en el país andino. Logró, entre otras transformaciones, que en las próximas elecciones él pueda ser candidato presidencial nuevamente. Podrá ser reelegido.
Evo sigue el ejemplo de un amplio puñado de naciones suramericanas cuyos gobernantes encontraron en nuevos periodos las posibilidades de garantizar que se continúe con su propuesta política.
Venezuela, Ecuador, Bolivia, Colombia y ahora Paraguay, realizaron modificaciones a la constitución para que los presidentes puedan aspirar a un nuevo periodo envueltos en olas de inmensa popularidad.
Para el ex alcalde de Bogotá y analista político, Antanas Mockus, lo que refleja esa "fiebre de reeleccionismo" es una poca madurez democrática de la ciudadanía y la respuesta obvia de un pueblo que al momento de sentirse bien gobernado quiere que su líder permanezca por más tiempo al mando del país.
"En América Latina estábamos acostumbrados a gobiernos malos entonces la gente deseaba el cambio. Ahora, que la gente siente que hay gobiernos mejores, no se concibe la sucesión de los gobernantes", explica Mockus quien asegura que ahora la democracia parece ajustarse a la medida de los gobernantes y no hay garantías de ventilación.
Reelección indefinida
De todos los gobiernos latinoamericanos, sin duda alguna el que ha ido más lejos en el tema de la reelección es el presidente venezolano Hugo Chávez, quien después de modificar la constitución para permitir un nuevo mandato ahora aspira a transformarla de nuevo para que la reelección sea "indefinida".
Ramón Maya, profesor de ciencias humanas de la UPB, recuerda que América Latina ha sido un caldo de cultivo para el populismo que a mediados del siglo pasado corrió como fiebre. "La segunda fiebre que sufrimos ahora es la reelección", comenta Maya.
Aunque los segundos periodos presidenciales pueden reafirmar una propuesta política exitosa, los analistas coinciden en decir que la permanencia por varios años de un mandatario no genera buenos resultados, asfixia la democracia y genera la idea de que el poder es un solo hombre.
Sin embargo, ya decididos por un nuevo mandato, Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia, Hugo Chávez en Venezuela e incluso un novato en el poder como Fernando Lugo en Paraguay, cuentan con el apoyo popular para repetir presidencia sin salirse de las barreras de la democracia.
"Es un caso claro en el que la mayoría impone su voluntad y vuelve muy pesado el ambiente para las minorías", explica Mockus.
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