Con el mes de junio llega para muchos la tan ansiada prima. Un dinero extra que cae de perlas para invertir en un negocio, para adquirir algo que se ansiaba desde hace tiempo o, en la mayoría de los casos, para pagar deudas pendientes.
Pero hay quienes no se miden en los gastos y deslumbrados al tener más dinero de la cuenta en los bolsillos, empiezan a gastarlo a manos llenas, sin control.
No se trata de privarse de algunos gustos de vez en cuando, pero hay que medirse y sobre todo, guardar para una contingencia.