La población de Estados Unidos está medio congelada, al sur el calor parece infernal y en Colombia el invierno confirma que los problemas ambientales son cada vez más serios.
Lo malo de esos fenómenos es que son muchos los estudios que a diario se publican sobre la dramática situación, pero pocas las decisiones para evitar que las futuras generaciones paguen los platos rotos de la falta de manejo a la crisis ambiental.
Las cuentas son simples. Ahora somos unos 7.000 millones de almas en la tierra, pero a 2050 la cuenta iría en 9.000 millones. La inversión global en energía renovable en el 2011 subió a 257.000 millones de dólares, pero falta camino por andar.
A diario los expertos hablan sobre la mala pasada que le está propinando el sol a la piel de las personas como efecto de la exposición a los llamados rayos ultravioleta, UV. Pero sólo se miran porque producen pecas o arrugas en la piel.
El cáncer de piel es una dura realidad, el sol también amenaza los ojos y en general la salud humana porque con problemas ambientales el sistema inmunológico va de mal en peor.
Irónicamente, mientras la humanidad va descubriendo curas para enfermedades modernas y procesos para incrementar la producción y el "bienestar", la explotación de los recursos, sin compromiso ambiental o control a las emisiones, está apagando la vida en la tierra.
Las personas primero presentan manchas con las que comienzan a figurar entre las candidatas a víctimas de melanoma, el cáncer de piel más temido por la facilidad con la que hace metástasis antes de su detección por los médicos.
Después del desastre del huracán Sandy, que se calcula costó billones de dólares, se requerirían hasta 240.000 millones de dólares para la reconstrucción al menos de los hogares.
Con ese presupuesto podría despegar el impulso hasta del 0,5 % el crecimiento en la primera potencia económica del mundo. Pero esa potencia está fuera de los pactos suscritos para preservar el medio ambiente, las ironías de la vida.
Los problemas del clima y el medio ambiente rondan todas las latitudes, porque la agricultura, es decir la despensa de todos, ha sufrido pérdidas en producción pesquera, de cosechas y ganadería.
Sólo en 2011, con cifras consolidadas por el Dane, en Colombia hubo pérdidas en 28 de los 32 departamentos porque el fenómeno de la Niña arruinó casi un millón de hectáreas productivas.
Por ende, habría que hacer caso de las recomendaciones que recientemente planteó el Foro Económico Mundial, FEM, en las que propone que los gobiernos dispongan en conjunto de unos 700.000 millones de dólares para trabajar en reducir el uso de combustibles fósiles y acabar la dependencia del petróleo.
El "Oro negro" es el gran villano en la novela trágica del medio ambiente, provocando el calentamiento global e incremento en el nivel del mar, así como las temperaturas que amenazan la salubridad en la tierra.
Las emisiones de dióxido de carbono deben ser combatidas con formas de generación eléctrica o eólica e inclusive en el transporte, con las llamadas energías limpias.
Ojo, ahora como efecto de la crisis, todos los gobiernos dicen que no tienen plata para estas tareas, pero según el informe si se gastan 36.000 millones de dólares en combatir el cambio climático, sería menos costoso que invertir 50.000 millones que arrojó Sandy como pérdidas. La calculadora no falla.
Actuar ya es más barato.
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