El atentado cometido en la madrugada de este jueves en el sector financiero del norte de Bogotá dejó graves destrozos en los edificios aledaños, heridas a por lo menos nueve personas y un infarto del tránsito que alteró la vida normal en una de las zonas emblemáticas de la ciudad.
El ataque terrorista sucedió en el costado occidental de la Carrera Séptima (el mismo corazón histórico de la capital), sobre la calzada occidental, que conduce el tránsito en sentido hacia el sur, entre las calles 65 y 67 del norte de la ciudad.
Tres horas después de que fuera accionado el carro bomba, el caos del tráfico es enorme, pues la Carrera Séptima fue cerrada totalmente desde la calle 60, al sur del sitio del hecho violento, y hasta la calle 72 o Avenida Chile, llamada por algunos el "Wall Street" de Bogotá, debido a que sobre esa vía están ubicadas sedes de los principales bancos, de compañías de seguros y de firmas corredoras de bolsa.
El tránsito está siendo desviado por vías alternas como la Avenida Caracas, la Carrera Novena y la Avenida Circunvalar, pero en general es muy difícil que las personas lleguen con normalidad a sus trabajos o a las otras actividades que tenían programadas en esa parte de la ciudad.
Por allí, quienes más se mueven durante las primeras horas de la mañana son funcionarios de Acción Social, la entidad del Estado que se encargará de entregar ayudas a las personas afectadas por el atentado terrorista.
Esa entidad montó un puesto de atención a la ciudadanía en la calle 65 con Carrera 7 y desde allí, además, coordinaron las acciones de verificación y adelantan el censo para determinar el monto de los daños.
A lo largo de la vía y en las calles aledañas efectivos del cuerpo de bomberos retiraron en la mañana vidrios de las edificaciones que sufrieron los principales daños y que generan peligro a quienes están dentro de ellas y a los transeúntes.
Los afectados
Uno de los predios más afectados es del Colegio Sagrado Corazón de Jesús de las Bethlemitas, que tiene destrozada su fachada y todos los vidrios rotos. Exactamente frente a ese plantel femenino quedó detenida la buseta de placas SIJ 793, que transitaba hacia el sur a la zona de Germania, y cuyo vidrio panorámico quedó destruido por la onda explosiva, causando heridas leves al conductor y de mayor consideración a una pasajera.
Ese fue el vehículo que recibió pleno el impacto del ataque terrorista, ya que el carro bomba, un swift gris, detonó cien metros atrás. Acerca del carro cargado con 50 kilos de anfo, las autoridades establecieron que se trata del vehículo robado en la última semana de julio en el centro comercial Plaza de Las Américas.
El Salón de Belleza Pelao’s, que también quedó virtualmente destruido. Gina, una de sus trabajadoras, dijo que salvó su vida apenas por dos minutos.
Así se lo contó a Colprensa en un relato angustiado, al recordar que aunque la peluquería abre cada día a las cinco de la mañana, hoy ella apenas puedo llegar a las 5:28, dos minutos antes de que ocurriera la explosión. "No recuerdo el carro parqueado enfrente, apenas sentí la explosión al mismo tiempo que entraba al local y cerraba la puerta".
Según Gina, quien trabaja como manicurista, la única herida en el momento fue Myriam Forero, una de sus compañeras, de 30 años de edad, quien sufrió heridas por esquirlas de vidrio en su carra.
En Pelao’s trabajan nueve manicuristas, peluqueras y peinadoras, en dos turnos, cinco en la madrugada. Myriam sufrió heridas en la mejilla izquierda y fue trasladada en ambulancia por Alirio, su esposo y también cajero de la peluquería.
