Lo increíble del cuento es que algunos directivos, entrenadores y aficionados hayan señalado, con un dedo acusador, a Aura Cristina Salazar, por no haberse dejado ganar o "cuadrar" tablas con otra ajedrecista colombiana (Paula Andrea Rodríguez) para que el país ganase un título mundial.
Sí, qué bacanería que se hubiera ganado ese galardón. Una lástima no estar celebrando semejante gesta; sin embargo, ¿a qué costo?... ¿Arreglando partidas?... ¿Pidiéndole a una joven de escasos 16 años que empiece a hacer triquiñuelas a tan corta edad? No hay derecho que algunos mayores piensen eso y hasta la tilden de apátrida (a ella y a sus entrenadores).
Nosotros, preferimos la franqueza de Aura, su limpieza en el juego a un título que haya sido "arreglado" fuera de la mesa. Ella les da ejemplo.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
