"Guerra de precios es guerra de muertos... Es mejor competir con calidad". Así piensa Gerardo Arbeláez, el gerente de Auralac, la empresa de productos lácteos que Actuar Famiempresas (Interactuar) escogió hace poco como la mejor en sus 25 años de apoyo a los microempresarios.
Ya se había acercado a este reconocimiento cuando, en 2002, fue premiada con una mención especial en el concurso Famiempresario del Año, como la Famiempresa consolidada. Y los 12 millones de pesos del premio que recibió en Interactuar como la mejor famiempresa en 25 años de la entidad, los utilizó para pagarle una bonificación, de un día de salario, a todo el personal "y para reponer un carro que nos robaron hace poco", dice.
Amalia Arango de Arbeláez, directora de Interactuar, la destacó el día de la premiación cuando dijo que "Auralac es un ejemplo de cómo la microempresa en Colombia, con la tenacidad de sus propietarios, el acompañamiento de Interactuar (crédito permanente, capacitación, asesoría especializada en gestión, servicios de laboratorio, acompañamiento en comercialización y diseño gráfico) y un entorno favorable por parte del gobierno, pueden convertirse en empresas grandes y medianas, generadoras de empleo y de riqueza, plenamente formalizadas y competitivas en el plano nacional e internacional".
Don Gerardo define la visión de la empresa con palabras muy simples: "Sueño con una marca reconocida por la calidad". Y explica que cualquier productor de lácteos puede competir con precios, que lo sacan o lo dejan entrar al mercado de un día para otro, pero hacerlo con calidad es más difícil "porque el que sale del mercado por calidad, se quedará afuera".
Entonces, aunque tiene capacidad para procesar 120.000 litros por día, sabe que si lo hace, tiene que salir a competir con precios.
Aura Rojas, su madre, hoy de 67 años, fue la pionera y la que les inculcó el amor por el trabajo. "Empecé con una olla y con la cédula", dice el gerente de la empresa que ya genera empleo directo y formalizado para 71 personas -"tratamos de que ninguno gane por debajo del salario mínimo"-, que les compra 40.000 litros de leche por día a los campesinos del Oriente (Rionegro, La Ceja, Sonsón y La Unión) y el Norte de Antioquia y que cuenta con una flota de 15 vehículos, entre carrotanques para la recogida y furgones para el reparto de la mercancía.
Zootecnista de la Universidad Nacional, ya tenía algunos conocimientos en la producción de derivados lácteos, pues laboró en una empresa en los Llanos de Cuivá a la que conoció tanto, que decidió crear la suya, en compañía de varios hermanos. Uno de ellos hipotecó la casa para conseguir el primer crédito. Hoy, a los 13 años de haber empezado, se convenció de que no había sido un error comprometer el patrimonio familiar.
Y agregaba Amalia Arango: "Lo importante no son los sueños, sino la fuerza con que se sueñan los sueños".
Estrena planta
Desde febrero de este año ocupa una planta de 1.500 metros cuadrados, con posibilidad de ampliación, en la cual invirtió 1.200 millones de pesos, que tiene registro Invima. También trabaja para obtener la norma ISO 14001 -de protección ambiental- y, en 2009, logrará la certificación en Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), entre otros adelantos.
Allí empaca 18.000 litros de leche por día (entera y descremada), procesa unos 12.000 litros en la producción de 8.000 quesitos, 6.000 litros en quesos y cuajadas y 4.000 litros en yogurt, queso crema, kumis, crema de leche, mantequilla.
El 75 por ciento de sus clientes son las tiendas de barrio y los pequeños supermercados del Oriente, Medellín y el Valle de Aburrá y el 25 por ciento restante de la producción lo coloca en el canal institucional (restaurantes hoteles, entidades del Ejército y otros).
"Bienvenido el crecimiento, pero con respeto. Si se hace bien hecho, las cosas van llegando, dice don Gerardo.
- ¿Y podría necesitar un socio estratégico?
- Y responde: "Nada es eterno y desde que las cosas sean viables, se puede mirar cualquier posibilidad".
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