El número de víctimas por las lluvias que castigan la región serrana del estado brasileño de Río de Janeiro se elevó a 626, informó la Defensa Civil, y el gobierno regional declaró estado de calamidad pública en los municipios más afectados.
Según el último boletín de la Defensa Civil, las lluvias y, principalmente, los deslizamientos de tierras de la madrugada del miércoles, que sepultaron cientos de viviendas construidas en las faldas de las montañas, provocaron 279 muertes en la ciudad de Nueva Friburgo, 263 en Teresópolis, 56 en Petrópolis y 19 en Sumidouro.
El mismo boletín indica que al menos 6.050 personas perdieron sus viviendas y que otras 7.780 tuvieron que abandonarlas temporalmente y refugiarse en gimnasios y escuelas públicas debido a que están en zonas de riesgo.
Pese a que las autoridades carecen de cifras concretas de desaparecidos, una central montada en Teresópolis registró denuncias de familias que buscan a 88 personas y un puesto de vigilia en Petrópolis elaboró una lista de otras 36 que no han sido localizadas por sus parientes.
El gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, declaró el estado de calamidad pública en los siete municipios más afectados en un paso para facilitar la reconstrucción de esas ciudades.
El estado de calamidad pública regirá por un período inicial de 180 días en los municipios de Nueva Friburgo, Teresópolis, Petrópolis, Bom Jardim, Sao José do Vale do Río Preto, Sumidouro y Areal.
La medida busca facilitar los trabajos de reconstrucción de la infraestructura y de las viviendas destruidas por las lluvias ya que permite contratar empresas, obras y trabajadores y adquirir material sin necesidad de abrir licitaciones públicas y saltándose otras trabas burocráticas.
Los trabajos de rescate, que fueron reforzados por 500 miembros de las Fuerzas Armadas, están concentrados ahora en áreas que se encontraban aisladas y bloqueadas por toneladas de tierra, piedra y lodo que se deslizaron de las montañas.
Las autoridades también concentran sus esfuerzos en restablecer todos los servicios públicos debido a que numerosas áreas continúan sin suministro de energía eléctrica, agua y telefonía.
Otra de las tareas prioritarias es la identificación y el entierro de las víctimas, algunas en avanzado estado de descomposición tras seis días.
Mientras que un juez de Nueva Friburgo ordenó el entierro de todos los cuerpos aún no reconocidos tras ser sometidos a los respectivos procedimientos de identificación, las autoridades de Teresópolis optaron por preservarlos en camiones con refrigeración a la espera de que aparezcan familiares
Ante la tragedia, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, declaró tres días de luto nacional.
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