Todos estamos pensando por quién vamos a votar para ser Presidente de nuestro país. Unos quieren que sea como Uribe. Otras creen que debe ser muy diferente a Uribe. Los colombianos estamos polarizados. El problema no puede quedarse así, Uribe o no Uribe. Es necesario pensar en Colombia antes que en cualquier persona.
Nos hemos imaginado cómo debe ser el Presidente ideal. Esta es nuestra conclusión:
Debe poseer virtudes sobresalientes como: simpatía, agradabilidad, vocación de servicio, sensibilidad, comprensión y compasión. Empatía o capacidad de usar los zapatos ajenos. Carisma, magnetismo e interioridad. Sencillez, autoconocimiento, humildad. Autoestima, reconocimiento y prospectiva propia
A todo lo anterior y como si fuera poco, debe contar con aptitudes tales como: Poder de observación, capacidad de examinar y de sintetizar lo observado. Abstracción y posibilidad de generalizar y sacar conclusiones. Lucidez, facilidad de comprender y relacionar. Claridad, expresión inteligible, sin ambigüedades. Orden o capacidad de organizar ideas. Coherencia para evitar la contradicción. Concisión, ir a lo esencial, decir mucho hablando poco. Precisión, con un vocabulario exacto y preciso. Concreción para relacionar su discurso con la realidad, lo verificable y tangible. Dominio del idioma, uso adecuado de las normas de gramática, la sintaxis y la ortografía.
Persuasión que se traduce en capacidad de convencer, inducir y provocar. Motivación, apelación a instintos para inducir respuestas. Creatividad, capacidad de búsqueda y cambio.
Pero no sólo son importantes los elementos que trae consigo como persona, se requiere que desarrolle actitudes múltiples tales como:
Objetividad, saber evitar prejuicios, basarse en realidades. Ecuanimidad, tendencia a ser justo y equilibrado. Integridad moral, rectitud y honestidad.
Respeto a los demás, valorar y no lesionar.
Apego a la verdad, no manipular.
Culto a la libertad de expresión, saber escuchar, dejar hablar. Respeto a la opinión ajena. Valoración de ideas y respeto a los contrarios.
Inteligencia emocional. Capacidad de emocionarse, ánimo, gusto, vibración.
Capacidad de asombro de gozar y disfrutar.
Estudio permanente y lector incansable, como modo de vivir, progresar, aportar.
Capacidad de preguntar, curiosidad.
Mejor dicho, necesitamos a Supermán. Pero no es utópico pensar en un ser humano excepcional. Que su vida privada y pública no sean dos realidades diferentes. Si es infiel, si no paga bien a sus empleados, si roba en cosas pequeñas, no está en capacidad de ejercer la Presidencia de Colombia. Nadie es una cosa en la casa y otra en su trabajo. Una persona que para buscar la paz social debe primero alcanzar él mismo su paz interior.
Así que busquemos la linterna de Diógenes y dediquémonos a buscar por quién vamos a votar.
Diógenes fue un filósofo griego perteneciente a la escuela cínica. Diógenes vivió como un vagabundo en las calles de Atenas, convirtiendo la pobreza extrema en una virtud. Se dice que vivía en una tinaja, en lugar de una casa, y que de día caminaba por las calles diciendo que "buscaba hombres honestos".
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