Resignado, pero tranquilo. Así luce Andrés Ángel Vásquez, después de 20 años de lidiar como gerente con esa variedad de cáncer en el mundo de los negocios que es un problema financiero. Las deudas le devoraron las entrañas a Caribú Internacional. Lo único que tiene a salvo es su marca, la misma que ahora tendrá que vender para intentar ponerse a paz y salvo con sus acreedores.
Hasta ese punto se han adelgazado los activos de tan tradicional firma antioqueña, fundada el 9 de abril de 1948. Sí, el mismo día amargamente célebre por el asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán.
La compañía nació como Manufacturas Caribú, por decisión de los mismos creadores de Almacenes Ángel y Maquilas y Compañía. comenzó con camisas formales, que le elaboraban talleres de terceros. Con la misma receta de terciarizar la producción, incursionó luego en la confección de bluyines. Para ello se hizo a la sombra de la norteamericana Blue Bell In, dueña de la aún sonora marca Wrangler.
De los confeccionistas asentados en Carolina del Norte obtuvo la licencia para fabricar los jeans. La alianza duró hasta 1978, cuando los norteamericanos plantearon esta disyuntiva: O venden con la marca Caribú o con Wrangler. Ganó la primera opción, porque el producto ya estaba posicionado en el mercado colombiano.
Parte de su prestigio lo ayudaron a construir famosos ciclistas de la época. El más vistoso fue el mundialista Martín Emilio "Cochise" Rodríguez, quien hizo las veces de modelo de 1963 a 1971. Ni qué decir del patrocinio que recibió Roberto José Guerrero, corredor de autos en Europa, en la Fórmula 3.
Caribú Internacional también incursionó en el mundo de las pijamas, con la asesoría de la norteamericana Pleetway. Su tercer aliado fue Coltejer, que durante 30 años le suministró el índigo y las telas de algodón que requería para la producción.
La organización manejaba directamente su comercialización. El primer almacén lo montó en el Centro Comercial Astoria y fue la base de una cadena de 100 locales que llegó a tener en su momento de mayor esplendor, en la década de los 80.
Pero no todo fue cielo.
Por la versión que da Ángel Vásquez, los problemas comenzaron en 1978, cuando se decidió incursionar en el mercado norteamericano, con distribución en Miami y San Juan de Puerto Rico.
Esa expansión, sumada a la licencia y asesoría para vender la marca de ropa Marlboro, disparó los niveles de endeudamiento de la empresa. Súmele la crisis cambiaria en Venezuela, en 1982, a donde iba el 40 por ciento de las exportaciones, y en donde se perdieron buena parte de los 11 millones de dólares que sus clientes le adeudaban.
"Fue una hecatombe", exclama Andrés Ángel, que no alcanzó a ser compensada con las ventas a países como Aruba, Curazao, Ecuador y Colombia.
Un legado como ese recibió, en 1984, Gonzalo Restrepo López, actual presidente de Almacenes Exito, quien cerró operaciones en Estados Unidos, abrió nuevos mercados, ordenó la administración, actualizó la marca y, entre otras cosas, logró un acuerdo privado con los acreedores.
Restrepo López salió en 1990 y el 15 de agosto Ángel Vásquez recibió una empresa organizada, pero igualmente endeudada: tenía 25.000 millones de pesos en activos y 22.000 millones en pasivos. La apertura del presidente César Gaviria Trujillo agravó el cuadro clínico. Aumentaron la competencia importada, se revaluó el peso y se frenó el 80 por ciento de las exportaciones, por falta de competitividad. Hasta el pago de dividendos se suspendió, en 1994, dentro de la estrategia de liberar recursos para pagar deudas.
No funcionó. En 2001 Caribú Internacional entró en Ley 550, con 12.500 millones de pesos en pasivos, de los cuales ha pagado unos 6.000 millones, mediante bienes raíces aportados por sus socios. Un viejo enemigo, la revaluación, la apretó en los últimos cuatro años, igual que la caída en las ventas de sus licenciatarios, de 15.000 millones de pesos a 10.000 millones, de los cuales cerca del 6 por ciento le llegaba a Caribú Internacional en calidad de regalías.
Haber pagado el 70 por ciento de los pasivos le da tranquilidad a Andrés Ángel Vásquez. Ahora el proceso le toca terminarlo a Juan Guillermo Valencia Ochoa, quien viene de liquidar a Shellmar, y tiene que hacer lo mismo con Caribú Internacional.
"Me están poniendo a liquidar cacaos", comenta el famoso "Pereque". La tarea más inmediata es hacer avaluar y luego salir a vender la marca Caribú. ¿Quién dice pago?
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