El italiano Vincenzo Nibali afirmó ayer que ceder el maillot amarillo de líder del Tour de Francia no supone para él un problema, porque el objetivo es vestirlo el último día en París.
"No hemos perdido el maillot, lo hemos prestado. No es un desastre. Era muy complejo mantenerlo porque el equipo ha gastado muchas energías en los últimos días y queda todo el Tour por delante y el objetivo es tenerlo el último día en París", afirmó.
Nibali, que se hizo con la prenda de líder tras su victoria en la segunda etapa en Harrogate, cedió la primera posición al francés Tony Gallopin, el mejor clasificado de una escapada tolerada, pero que no es candidato a la victoria final en la carrera.
"Algunos de mis compañeros se han podido reservar. Nos queda un gran trabajo por delante", dijo Nibali.
El ciclista alemán Tony Martin se separó temprano del pelotón y mantuvo sin problemas la ventaja para ganar la novena etapa del Tour de Francia, mientras que Gallopin se apoderó de la camiseta amarilla.
Martin, tres veces campeón mundial de contrarreloj, se separó del pelotón junto con el italiano Alessandro de Marchi, especialista en escaladas. "El objetivo era ganar la etapa. Tuve la oportunidad de lograrlo y me sentí bien, mis piernas estaban bien", dijo Martin. "Yo sabía que iba a ser una de mis raras oportunidades de ganar una etapa".
El recorrido de 170 kilómetros (105 millas) desde Gerardmer hasta Mulhouse -en las montañas Vosges, cerca de la frontera con Alemania- tuvo seis ascensos moderados que no fueron un reto duro para Martin, aunque el alemán no es conocido como escalador.
Gallopin aventaja a Nibali por un minuto y 34 segundos.
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