Marc Gonsalves, Thomas Howes y Keith Stansell, contratistas estadounidenses, fueron secuestrados por las Farc el 13 de abril del 2003, en el departamento del Caquetá.
Marc Gonsalves
Durante los cinco años del secuestro de Marc Gonsalves, su esposa Shane y sus tres hijos guardaron la esperanza de su regreso a casa. Este americano de 36 años fue plagiado por la guerrilla cuando trabajaba para California Microwave Systems, como contratista del Departamento de Defensa. Esta firma presta servicios de rastreo de comunicaciones y ayuda satelital para el Plan Colombia.
Gonsalves creció en Bristol, Connecticut y fue oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos durante ocho años.
De origen portugués, es el menor de los tres estadounidenses plagiado por las Farc y perdió su libertad a los 31 años.
Thomas Howes
De los tres estadounidenses secuestrados, Thomas Howes se convirtió en el puente de comunicación entre sus compañeros de cautiverio y sus verdugos.
Es piloto profesional y en la mayoría de sus días de plagio jugaba solitario. Asimismo, pensaba cuándo terminarían los días amargos y podría ver de nuevo a su esposa Mariana, de nacionalidad peruana y su pequeño hijo Tomasito Santiago.
Howes de 54 años había estado en Guatemala, Venezuela y Bolivia y había sido contratado para combatir la guerra contra las drogas en Colombia.
Cuando fue retenido por las Farc, acababa de llegar de unas vacaciones con su familia que vive en la Florida.
Keith Stansell
La madrugada del 13 de febrero del 2003, Keith Stansell estaba en Colombia, frente a su computadora escribiéndole un correo electrónico a su hijo. En la misiva le aseguraba a su pequeño Kyle que estaría de regreso en seis meses, una promesa que sólo pudo cumplir 1.947 días después.
Stansell, de 43 años, era un antiguo marine empleado por Northrop Grumman, una empresa de California que había ganando un contrato del Pentágono por 8 millones de dólares para inspeccionar cultivos ilícitos en Colombia.
Este estadounidense había pasado seis semanas en el país y dos en su casa de Georgia, donde vivía con su novia Malia Phillips y sus dos hijos de un matrimonio anterior: Kyle, de 10 años y Lauren, de 14.
Durante su secuestro, su novia colombiana, Patricia Medina, dio a luz a dos mellizos el 26 de mayo de 2003, Keith y Nick, quienes ahora esperan conocer a su padre.