Les solicito licencia para empezar este artículo con una anécdota personal.
Luis Ernesto Mejía fue mi viceministro en la administración del presidente Andrés Pastrana.
Cuando el presidente Uribe lo nombró como ministro, y a fe que ha sido el mejor ministro de Minas y Energía en mucho tiempo, y tuvieron la primera reunión con Hugo Chávez, Luis Ernesto salió emocionado.
Me dijo: "ahora sí podremos hacer muchas cosas con Venezuela, el jefe Uribe maneja al hombre como ninguno".
Yo me sonreí y le contesté "cuídense de ese abrazo matrero del hermano bolivariano".
Y es que ya en el gobierno de Pastrana, sobre todo en el último año, Chávez sacó todas las uñas.
Recuerdo que asistí a una reunión del G3, en Caracas, para preparar con los ministros de Venezuela y México la declaración de los tres presidentes.
Con presencia de estos últimos, el presidente Chávez dio un fastuoso banquete en una guarnición militar y yo me sentía como en los que vimos en cine de los que celebraba el ejército Nazi en la época de Hitler.
El discurso de Chávez fue preocupante. Nunca disimuló sus creencias y sus pretensiones. Salimos sorprendidos.
El presidente Pastrana nos llevó a un reservado del hotel para que esperáramos al presidente Mexicano, Vicente Fox, y analizar el contenido del discurso.
Planteada la preocupación del presidente Pastrana, Fox respondió: "Chávez es peligroso e impredecible, pero es mejor que lo tengamos cerca y no como enemigo".
Yo siempre he tenido esta reunión en mi cabeza y veo cómo, a través del tiempo, Chávez cumple al pie de la letra lo que yo le escuché hace nueve años.
En estos momentos estamos ad portas de un nuevo gobierno.
Es lógico que el presidente Santos quiera un aire nuevo en las relaciones con nuestros países vecinos y hermanos.
Si esto se logra, por supuesto será de gran beneficio para nuestros pueblos.
Sin embargo, esto no puede ser a cualquier costo.
Para la reflexión de todos quiero citar un aparte de la declaración venezolana de ayer, a raíz de las denuncias de la probada presencia de los jefes guerrilleros en su territorio.
"El presidente Uribe deja un país en guerra, un gobierno aislado en el escenario latinoamericano y distanciado de sus vecinos. Esperamos que el nuevo gobierno acoja con suma prioridad la propuesta de un plan de paz para Colombia, que nos permita acompañar desde Suramérica una solución de fondo al conflicto armado que afecta a este hermano país" , (las subrayas son mías).
¿Ven? Aquí no hay grupo terrorista sino "un ejército patriota de las Farc" que quiere liberar a Colombia.
¿Ven? No buscan relaciones diplomáticas sino la intervención para lograr la solución al "conflicto armado" de Colombia.
Chávez no cambia. Endulza el lenguaje con Santos, de quien siempre dijo horrores, pero para imponer sus ideas.
Ojo presidente Santos, recuerde qué es alevosía... se acaricia a la víctima mientras se mata.
Esa fue la figura que nos enseñaron en Derecho Penal y que el padre Feijóo lo explicaba con el vampiro que acariciaba con las alas mientras chupaba la sangre.
Chávez puede ser el vampiro alevoso.
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