En un hecho inédito desde el regreso de la democracia en 1958, y después de fuertes rumores y especulaciones, el Consejo Nacional Electoral anunció que las elecciones presidenciales de Venezuela se celebrarán en octubre de 2012. Hasta ayer era una tradición celebrarlas en diciembre.
Ni el Gobierno ni la oposición condenaron el adelanto. El Partido Socialista Unido de Venezuela celebró el anuncio y dio por sentado que en la fecha de los comicios, señalada para el 7 de octubre del año entrante, ocurrirá "una nueva victoria bolivariana".
Con la misma certeza Ramón Guillermo Aveledo, secretario de la Mesa de la Unidad, la coalición de partidos opositores, aseguró que en esa fecha habrá un nuevo Presidente de la República.
Pero, realmente, ¿a quién favorece el cambio del calendario electoral en Venezuela?
El tratamiento del presidente Hugo Chávez, que no parece dar indicios de avance, y las elecciones primarias de la oposición -que serán en febrero- despertaron rumores de que el Gobierno habría influido en el adelanto electoral.
"Es perfectamente normal que la oposición no haya hecho un gran asunto político con el tema del calendario electoral. El candidato que va a la batalla, aún en condiciones complejas, no se queda en los obstáculos sino en su capacidad para brincarlos. Sin embargo, que la oposición tenga una estrategia 'positivista' no indica que el adelanto de las elecciones no sea un acto sesgado ", escribió en su cuenta de la red social Twitter el director de Datanálisis, Luis Vicente León.
Pero más allá de las declaraciones triunfalistas, ambos bandos deberán atender grandes cuestiones.
Por un lado, la recuperación plena del presidente Hugo Chávez, quien anunció en días pasados que se someterá a un cuarto ciclo de quimioterapia.
Algunos analistas como el editor del diario El Nuevo País , Rafael Poleo, dudan de que el presidente pueda tener la energía suficiente para enfrentar los rigores de una campaña electoral.
Parece claro que sin Chávez en el tablero, ese liderazgo "bolivariano" que hoy alcanza, según la encuestadora Hinterlaces, el 58 por ciento, se dividiría entre otras figuras que no tienen el arrastre del Presidente.
El otro reto será de la oposición, quien deberá elegir un candidato que realmente pueda enfrentar al Gobierno con garantías de triunfar. Cualquiera que sea el contendor de Chávez deberá probar, además, que después de las elecciones primarias del 12 de febrero capturará a aquellos electores políticamente no alineados con ninguno de los bandos.
Con respecto al tiempo transcurrido entre la fecha de la elección presidencial y la toma de posesión, prevista para enero de 2013, Aveledo anunció que la bancada opositora en la Asamblea Nacional propondrá un proyecto de Ley de Transición, para evitar que el gobierno derrotado "raspe la olla" del presupuesto.
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