Un granjero canadiense, que estuvo hace poco en México, se convirtió en la primera persona en transmitir la nueva cepa de influenza AH1N1 a cerdos.
Ante la noticia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo un llamado a extremar las medidas de precaución tanto en humanos como en cerdos y aseguró que vigilarán si el virus muta y se torna más peligroso, aunque hasta el momento no muestra señales de que así será.
El experto en seguridad alimentaria del organismo, Ben Embarek, recalcó que entre las medidas de precaución no se sugiere ni el sacrificio de los marranos ni dejar de comer su carne por temor al contagio.
Horas después de que México anunciara que la epidemia en el país se encontraba en su fase de descenso, el Gobierno reportó 3 muertes más por la enfermedad y 81 personas más contagiadas.
El virus también continuó extendiéndose por el mundo y Colombia y El Salvador fueron los últimos en unirse a la lista.
Por su parte, el Centro para el Control de Prevención de Enfermedades de E.U. (CDC) aseguró que el número de contagios había ascendido un 41 por ciento en ese país desde el sábado y España, la nación de la Unión Europea con más presencia del virus, duplicó la cantidad de enfermos.
Unas medidas mal recibidas
El Gobierno mexicano expresó su malestar por el trato y discriminación que están recibiendo sus nacionales en algunas partes del mundo.
Entre otros, criticó las medidas de prevención en China y las decisiones de países como Argentina, Cuba, Ecuador y Perú de prohibir los vuelos provenientes de su territorio.
En China varios mexicanos permanecen en cuarentena en hoteles y hospitales, algunos casos, según Jorge Guajardo, embajador de México en Pekín, solo por su nacionalidad sin importar si no han viajado a México o si no presentan ningún síntoma.
Los criadores de cerdos en Egipto también están inconformes con la decisión de su país de asesinar a todos los chanchos.
Ayer recibieron con piedras y botellas a las fuerzas de seguridad que fueron por sus animales en Manshiet Nasr, a las afueras de El Cairo. La policía respondió al ataque con gases lacrimógenos.
Por lo menos 10 personas resultaron heridas y 15 fueron arrestadas mientras intentaban evitar que les quitaran su sustento.
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