Deseo expresarle mi sentido de gratitud y de admiración a Juan José Hoyos por el artículo publicado en la sección de opinión del periódico, el domingo 25 de octubre y titulado "Pensamientos mientras te ahogas", pues es difícil encontrar un ensayo sobre tabaquismo, realizando una mezcla equilibrada y adecuadamente manejada durante todo el desarrollo del escrito, de conceptos técnicos, humanos y existenciales sobre una problemática de la cual, desafortunadamente, no se ha logrado a ningún nivel una conciencia adecuada sobre lo que históricamente ha representado y representará este mortal fenómeno.
Mi gratitud se fundamenta en el hecho que usted plasma, un reflejo de lo que he visto sufrir a muchos pacientes con dependencia tabáquica, que se convierten en mudos testigos de una vida más que, paradójicamente, el cigarrillo de tabaco inhala y absorbe como una gran ventosa, cuando cotidiana y contrariamente se cree que es el sujeto quien se lo fuma. Es triste tratar de intervenir en una problemática sobre la cual existe una conciencia prácticamente nula. Es duro sentirse solo luchando en medio de una labor quijotesca, en la cual no sólo el Estado, sino los mismos fumadores, parecieran sentirse satisfechos, con tal que nadie los movilizara de un letargo que solo les sirve y les servirá para hundirlos. Sin darse cuenta, la mayoría de las veces, en una inevitable, inaplazable y segura autodestrucción, por más que se esfuercen por negarlo. El complejo mecanismo sicológico que han montado para defender y defenderse de todas las formas, cualquier invitación para que reconozcan su problemática y se recuperen de la misma será vital para salir vivos...
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