Que la primera acción del papa Francisco en su primer día de pontificado fuera orar ante la imagen de la Virgen, en la Basílica Romana Santa María La Mayor, no sorprendió a los cardenales que lo acompañaron. Algunos ya lo esperaban.
La rareza fue que el nuevo máximo jerarca de la Iglesia Católica no llegara en papamóvil o en limusina, sino en un vehículo sencillo acompañado de una pequeña escolta. Llegó a las 8:05 a.m. y no entró por la puerta principal, sino por una de las laterales.
Estuvo 10 minutos postrado ante la Virgen. Cuentan que dejó un ramo de rosas y luego, sencillo pero estupefacto por lo galano de la Iglesia, fue a la Capilla Sixtina donde oficio su primera misa ante los cardenales.
"Nos habló cordialmente, como un padre", dijo Ludovico Melo, un sacerdote que oró ayer junto al Papa. "Nos avisaron con 10 minutos de anticipación que vendría", agregó.
No cambió su forma de ser
Cosas atípicas como las anteriores hacen parte de la rutina de quien hasta hace 36 horas era el cardenal argentino Jorge Bergoglio, y hoy es la máxima autoridad en el Vaticano. "Y no piensa perderlas. Ni perder su sencillez", afirmó Jorge Vallejos, sobrino de Francisco.
Y así pareciera ser, porque en su primera misa, en la Capilla Sixtina, les enfatizó a los asistentes sobre las tres líneas de la Iglesia: Caminar, Confesar y Edificar, además la importancia de llevar una vida irreprochable y "mezclarse con los que los necesitan" en el mundo.
Después de la homilía, pidió al conductor que se desviara al hostal en el que se hospedó antes del cónclave. Dicen que llegó a la vía Scrofa, en Piazza Navona, tranquilo. Entró, recogió sus valijas y pagó la cuenta.
No quiso cambiar el atuendo que llevó cuando era cardenal. El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, aseguró que "el Santo Padre saludó a la multitud llevando al cuello la misma cruz que llevaba estos días: no eligió la cruz pectoral del Papa para las grandes ceremonias ni tampoco se puso la muceta roja que puede llevar un Sumo Pontífice, ni la estola".
La devoción por Francisco se tomó a Argentina. Luego de ser proclamado Papa, las multitudes madrugaron a comprar estampas o medallas que les recordaran al Santo Padre de nacionalidad argentina.
No las encontraron, pero se llevaron las de San Francisco de Asís en honor al nombre que Bergoglio eligió y que, según Lombardi, tomó por la espiritualidad, la sencillez y la pobreza, virtudes que lo hacen un Papa atípico en el Vaticano.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4
