¿ Qué sensación tenés a falta de unas cuantas paradas para el cierre de la Copa Mundo de maratones de la que sos hoy el flamante líder?
"Me siento bastante bien. Después de la última carrera (Zug, el 11 de julio) me pude tomar una semana de descanso activo e iniciar preparación para la segunda parte de la temporada; me siento bien, animado y confiado de tener un equipo que me puede dar una mano en carreras clave".
Así empieza el diálogo con Diego Rosero Calad, el patinador colombiano que a la distancia goza de un clima helado, de un paisaje de leyenda, de un ambiente tranquilo, del éxito deportivo y de un país encantado: Suiza, donde está próximo a cumplir dos años de residencia.
En el pasado, con corredores "aparentemente" con más condiciones, mayor número, en plenitud de sus carreras y con equipos fuertes, ningún colombiano logró el título. Ahora, con vos casi solo, se está a poco de lograrlo... ¿A qué se debe tal situación?
"Hay muchas razones pero la que más se acomoda es que el deporte es así. El deporte no es matemática y tan solo un pequeño cambio de tácticas cambian mucho los resultados. Este año se afrontó la temporada desde una óptica diferente, más agresiva, un poco menos lógica y hasta ahora nos ha dado resultado".
¿Definitivamente en cuestión de patinaje hay que emigrar a Europa para llegar a ser alguien?
"Para ser alguien en el escenario profesional es necesario estar en Europa. La cantidad de carreras y la acumulación de experiencia nunca se logra desde Colombia. Aquí todo cambia: los entrenos, el estilo de vida, de comida, hasta de pensar, de vivir y, sobre todo, de correr. Y es muy importante adaptarse a este estilo de vida".
¿De las pruebas que faltan qué es lo más bravo: el diseño de ellas o los rivales? Y qué antecedentes tenés en esas paradas.
"Desde mi punto de vista la temporada aún está entera, hay carreras muy, pero muy duras, como los 111 kilómetros de St. Gallen, el maratón de Berlín, y hasta la final en Isla Margarita. Así que todos los factores cuentan, los rivales, los trazados y los imprevistos. Es importante mantener una concentración muy alta e intentar cometer la menor cantidad de errores, y sumar en todas y cada una de ellas las veces que se pueda".
¿Cómo diablos te amoldaste a Suiza, quizás por aquello de la sangre, es decir, por ser de una tierra fría como Pasto?
"Suiza es una tierra especial, un país lleno de reglas, lleno de modismos y costumbres que si no los tomas y los adaptas a tu estilo de vida más temprano que tarde te hacen pasar malos ratos. Por otro lado, cuando uno entiende el porqué de estas reglas y el cómo se vive aquí, la verdad se puede pasarla muy bien".
Lo raro es que, a diferencia de muchos que se van y regresan ahí mismo, la tierra no te ha tirado...
"Los paisajes y lugares para entrenar son excelentes y el estar en el centro de Europa hace mucho más fácil todo, el desplazamiento a las carreras, la vida. Sencillamente estoy a gusto. La verdad, me gusta mucho mi vida en Suiza a pesar de que extraño como nunca pensé a Colombia, a mis padres, a mis amigos, a mi gente".
Veo que no te cambiás por nada, ¿así te ha conquistado tanto Suiza?
"Suiza me asombra casi día a día. La tranquilidad con que se vive aquí, la honestidad, la limpieza, el amor y orgullo que esta gente tiene por su país es impresionante. Realmente hay muchas cosas que debemos aprender de esta cultura. Por otro lado, la calidez y humanidad de la gente en Colombia es incomparable, el concepto de familia y unidad es lo que más extraño".
Tengo entendido que hasta vivís solo, ¿cómo es una vida así en esa Suiza?
"Aquí no solo hago parte de las carreras, también organizo la gran mayoría de los viajes del equipo, los presupuestos, las reservaciones, los vuelos, los hoteles. Es decir, hago parte de la planeación de la escuadra; mucha actividad a pesar de vivir solo. Por qué no, eso podría ser un comienzo como mánager de algún equipo".
¿Y el idioma, el lugar de vivienda, el contacto con los demás, cosas que complican a los colombianos cuando se van?
"Vivo en Kreuzlingen, una cuidad fronteriza con Alemania. Vivo, en efecto, solo, en un tercer piso de un pequeño apartamento, desde donde disfruto de una panorámica muy bonita del lago Bodensee, en cuyos alrededores hago la gran mayoría de mis entrenos. Hablo inglés a un buen nivel y estoy aprendiendo alemán, que es bastante complicado, pero ahí vamos... Y de vez en cuando me doy la oportunidad de hablar italiano con mis compañeros".
¿Y la comida qué? Si vivís solo, supongo que a punta de restaurantes o ya hasta te metés a cocinar...
"Hago mis propias 'comidas' aclarando que no soy muy bueno en la cocina. Tengo que admitirlo, me alimento un poco mal. Como muchos sánduches y pizzas. Pero cuando tengo períodos de competencias muy intensos lo que hago es ir a restaurantes, las ensaladas me quedan bien".
San Diego pues... Hablemos de lo otro, las rumbas suizas, ¿qué tal son, las disfrutás?
"Nooooo, no hay tiempo para eso. La temporada es muy pesada y todas las energías se concentran en las carreras y los entrenos. Ya tendré tiempo para eso (en vacaciones). Por ahora las distracciones las enfoco en conocer nuevos lugares cuando tengo tiempo libre. Cine, y también un poco de deportes extremos como esquiar tanto en nieve como en agua".
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