Si las muertes, capturas y deserciones en las filas de las Farc se mantienen al ritmo de hoy, para finales de 2009 esa guerrilla tendría alrededor de 3.000 combatientes.
Por lo menos, esa es la cuenta que hace el alto consejero presidencial para la Reintegración, Frank Pearl, encargado de los programas sociales y económicos destinados a la población que abandona las armas.
"Si el año entrante continúa la misma tendencia, en diciembre de 2009 las Farc van a tener menos de 3.000 personas en armas", aseguró hace doce días el funcionario.
El vaticinio no es descabellado. De 73 frentes (69 rurales y cuatro urbanos) con los que contaba las Farc en 2002, hoy diez están totalmente desmantelados y otros 33 (ver infografía) han sido diezmados sustancialmente , tras la entrada en vigor de la política de Seguridad Democrática en la administración de Álvaro Uribe.
A comienzos del mandato de Uribe, se estimaba en cerca de 20.000 los miembros de las Farc, entre guerrilleros y milicianos (integrantes de redes de apoyo).
Estadísticas del Ministerio de Defensa calculan hoy en alrededor de 8.000 los guerrilleros de las Farc, lo cual significa que cerca de 5.000 de ellos deben quedar por fuera de las filas ilegales -sea por deserción, captura o muerte- de aquí a diciembre de 2009, para que se cumpla la predicción de Pearl.
Y al ritmo que van las deserciones este año, solo por mencionar un factor, la meta es factible, si nos atenemos a las cifras oficiales.
Según el Programa de Atención Humanitaria al Desmovilizado del Ministerio de Defensa, desde el primero de enero pasado hasta el viernes, 27 de junio, desertaron 1.680 personas de los grupos armados ilegales, 1.517 de las cuales manifestaron ser miembros de las Farc.
Eso significa que en este primer semestre de 2008 abandonaron esta guerrilla casi la misma cantidad que quienes lo hicieron en 2006 (1.558, 97 por ciento) y más del 60 por ciento de los de 2007 (2.480).
Pero esas cifras no significan necesariamente que las Farc se van a acabar y que la paz se vaya a lograr mediante una derrota militar.
Ariel Fernando Ávila Martínez, coordinador del Observatorio del Conflicto Armado de la Corporación Nuevo Arco Iris, dice que "para tener una visión más realista de lo que está sucediendo, hay que tener en cuenta tres factores adicionales".
El primer factor es, según este analista, que "las desmovilizaciones en su mayoría son de recién reclutados, es decir, personas que llevan entre 3 y 5 meses en las filas de la insurgencia, hombres y mujeres muy jóvenes".
"En segundo lugar -agrega- si bien es cierto que la desmovilización de personas con más de 15 años en las filas guerrilleras han venido aumentando, no se puede hablar de que es un fenómeno generalizado".
Según el Ministerio de Defensa, en este primer semestre, 129 mandos medios han decidido dejar la insurgencia.
Y, en tercer lugar, "sólo tres de cada 10 guerrilleros desmovilizados son hombres en armas (...) el resto son milicianos o colaboradores", anota Ávila Martínez.
El Observatorio del Conflicto Armado de Nuevo Arco Iris estima que hay en la actualidad cerca de 11.000 personas en las Farc.
"Pero la insurgencia aún mantiene fuertes redes militares y una capacidad bélica importantes. Los recientes resultados de la llamada operación Fuerte en el sur del Tolima o los de los enfrentamientos en el sur del Meta, dejan ver una importante capacidad bélica de las Farc", sostiene Ávila Martínez.
Y advierte que "hay indicios para afirmar que esta organización está acomodándose a los cambios en las Fuerzas Militares, profesionalizando grupos en el manejo de explosivos y minas terrestres, entrenando francotiradores y creando estructuras móviles (...)", y por ello "una derrota total no es algo cercano".
Los combatientes no dan más
El acoso del Ejército, la oferta de jugosas recompensas y la falta de moral entre las filas insurgentes, han disparado las entregas voluntarias de los subversivos.
Según Marcela Durán, del Programa de Atención Humanitaria al Desmovilizado, las Farc hoy cuentan con 9.879 hombres menos de los que había en 2002.
Una de las desmovilizaciones más recientes tuvo lugar en los Farallones de Cali. Un mando medio del frente 30 de las Farc y seis guerrilleros rasos decidieron abandonar las armas y entregarse al Ejército, por el abandono en que los tenían sus comandantes.
Algo parecido manifestó alias "Karina", ex jefa del frente 47, cuando se desmovilizó. Y tras ella llegaron otros, que se sumaron al desgranamiento de esa célula que actuaba entre el suroriente de Antioquia y el norte de Caldas, y que recibió su más duro golpe con el asesinato de alias "Iván Ríos".
Marcela Durán advirtió que el frente 16 (Vichada y Guaviare) es sin duda otra de las estructuras más diezmadas. La funcionaria explicó que "con la muerte de su comandante, el 'Negro Acacio', el frente quedó muy impactado. Lo que hemos visto es que cuando capturan o dan de baja a uno de estos jefes guerrilleros, los subalternos desertan o porque se les murió el líder o porque pierden el estímulo o porque simplemente les mataron al carcelero".
Un caso similar, dice Marcela Durán, es el de los frentes 35 y 37, que actúan en el departamento de Bolívar. Tras la muerte en combate de Gustavo Rueda Díaz, alias "Martín Caballero", el 25 de octubre de 2007, las deserciones aumentaron y la fuerza pública ha detenido a dos de los supuestos sucesores del jefe guerrillero este año.
Y el caso de Milton Sierra Gómez, alias "JJ" es similar. Tras su muerte, el 15 de junio de 2007, el frente urbano Manuel Cepeda que actúa en el Valle ha perdido a buena parte de sus integrantes y el nuevo jefe, alias "Santiago", fue detenido el pasado 9 de mayo en Buenaventura.
En definitiva, son golpes contundentes que elevaron la deserción, pero no se puede asegurar aún que haya un desmoronamiento general dentro del grupo.
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