A todos nos gradúa la universidad de la vida, pero mientras tanto el paso por las instituciones educativas debería ser más productivo.
No se discute que hoy la formación exige un papel más activo del estudiante a diferencia de antaño, y que hay quienes pasan por una institución pero parece que lo hicieran por la acera del frente porque nada hicieron salvo obtener el desgastado cartón.
Lo más vitrinero es intervenir una universidad reconocida, como la San Martín, independiente de que hubiera necesidad, pero el trabajo de fondo, organizar no solo el sistema de la educación superior sino el de la educación para el trabajo, no se acomete.
Se habla de calidad de labios para afuera, pero las acciones son insuficientes y no muy contundentes.
Cada año egresan de los colegios de 600.000 a 700.000 jóvenes. A 2013, la tasa de cobertura de las instituciones de educación superior era del 45 % y la de absorción (quienes se matricularon en primer semestre) del 69 %.
Decenas de miles quedan en el limbo, más al considerar que la deserción universitaria ronda el 50 %.
Por todas partes, en las grandes ciudades y en las pequeñas, pululan los centros de educación para el trabajo.
Abundan. Datos del Mineducación refieren más de 18.000 programas registrados.
¿Cuántos estudiantes egresan y cuántos encuentran ocupación en lo que estudiaron? Ni el Observatorio Laboral del Ministerio lo sabe.
La vigilancia primera recae sobre municipios y departamentos pero ha sido tarea relegada por varias razones, incluida la negligencia.
Muchas de las instituciones que ofrecen este tipo de formación son serias y cumplen un papel para resaltar, pero otras tienen el dudoso honor de entrar en la categoría de instituciones de garaje.
No tienen sedes adecuadas ni equipos ni docentes. Tampoco es clara la pertinencia de muchos programas.
Y en cuanto a la educación superior el tema es más ancho. Con saber que solo 11,5 % (33) de todas las instituciones de este nivel tiene acreditación de alta calidad.
El asunto va más allá de una rueda de prensa para intervenir un centro universitario. Puede que sea necesario, pero es más fácil andar sobre la punta del iceberg que ver cuánto tiene de hondo.
Maullido: sobre la Regional y la Autopista Sur circulan 212.000 autos/día. ¿No amerita que existan escuadrones de reacción rápida para atender choques, varados y otros?.
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