Blanco y negro. Polos opuestos que se atraen y se complementan. Un dúo clásico y moderno que se conjuga en una palabra: elegancia.
Este efecto dominó ha estado presente en la decoración y el diseño, desde los años veinte hasta nuestros días.
Para la diseñadora de interiores Patricia Merizalde "el blanco tiene una excelente capacidad para ampliar visualmente los espacios, y el negro, empleado en su justa medida, es sinónimo de distinción". Agrega que el empleo correcto de estos dos colores dará la sensación de modernidad, elegancia y simpleza, además de centrar las miradas debido a su fuerte impacto visual.
Aplicar la combinación blanco y negro en un solo espacio es tan válido como hacerlo solo en accesorios: cojines, floreros, portarretratos, lámparas, esculturas, puffs, papeles de colgadura, vinilos adhesivos... todo puede entrar en este juego bicolor.
La iluminación de un ambiente en blanco y negro juega un papel fundamental. Patricia Merizalde explica que la clave está en que sea cálida y preferiblemente indirecta: "el negro mal iluminado se pierde y el blanco puede quedar deslumbrando".
Blanco y negro, dos tonos para llamar la atención
Pico y Placa Medellín
viernes
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