Bob Ballard podría ser el protagonista de una saga de aventuras. Hizo parte del equipo que en el verano de 1985 descubrió los restos del RMS Titanic.
Ese fue sólo el inicio de un intenso trabajo por seguirles los pasos a las personas que se embarcaron en el trágico viaje, en una misión por preservar y proteger el legado y los restos del buque que se hundió hace un siglo.
"Salvemos al Titanic con Bob Ballard " es el documental que hoy estrenará el canal NatGeo a las 11:00 p.m. en una serie de programas especiales para recordar los 100 años de su naufragio.
Sin mayores expectativas, Ballard hizo parte de la tripulación del buque militar RV Knorr, en búsqueda del Titanic, expedición que durante décadas muchos iniciaron camino al fracaso.
Muchos intentos
Bob Ballard ya sumaba más de 70 expediciones como geólogo, buena parte de ellas en los diferentes mares del mundo, pero sin pensarlo mucho, estaba a punto de protagonizar una de las más importantes de la historia.
"Para mí, la búsqueda del Titanic fue un desafío tecnológico que una obsesión como muchos pudieran pensar. Siempre será un reto el poder lograr hallar algo que muchos han buscado y el mundo quiere conocer", comentó Bob Ballard en una teleconferencia para hablar del documental.
Lo que empezó con una embarcación francesa terminó en una estadounidense, todo luego de un trato que hizo para encontrar dos submarinos perdidos. Una vez cumplida dicha misión, podría dedicarse a buscar el Titanic.
"Por aquel entonces, por la situación que vivía el mundo, era difícil pensar en un sentido cooperativo, había mucho recelo y no se compartían datos, como sucede hoy en día. Todos partíamos de cero, lo que hacía que todo fuera mucho más lento", narró Ballard.
De ahí, que sea considerada toda una hazaña el hecho de que él con su equipo lo encontraran en 14 días, en una mezcla, según Bob, de destino y estrategia que demuestra el ingenio de este científico.
"Cambiamos la forma de buscarlo. En vez de ir detrás de un barco hundido en profundas aguas, usamos el sonar para encontrar los escombros que debió generar el impacto del barco en el fondo del mar. Cuando lo piensas ahora, era lógica una búsqueda así, pues los rastros más pequeños fueron llevados por las corrientes marinas a aguas menos profundas, así que eran mucho más fácil detectarlos", dijo Ballard.
Ahí empezó a protagonizar la historia Argo, un robot sumergible que tomó las primeras e históricas fotografías del barco hundido, permitiendo un hallazgo más, el conocimiento de que el Titanic se había partido en dos, producto del choque.
"Aunque pesaba más esta versión, por los estudios y los relatos de los sobrevivientes, en estos últimos habían muchas versiones encontradas, por lo que, la labor de Argo, fue vital para que los científicos pudieran dar claridad de la forma como el Titanic se hundió".
No se detuvo con el hallazgo. Desde hace 17 años conoce al director James Cameron, con quien primero trabajo en la cinta Abismo y luego lo asesoró en Titanic.
Aunque parezca curioso, pese a seguir en las profundidades del mar, para Ballard, "no hay garantía de que las futuras generaciones puedan conocer y seguir viendo al Titanic, como nosotros hemos tenido la oportunidad de verlo".
Y agrega: "El mayor daño de los últimos años lo han hecho las expediciones que no han tenido el cuidado para acercarse a él. Se ve claramente en las zonas más visibles donde suelen llegar submarinos, y si comparamos fotografías podemos verle al Titanic nuevos daños, mientras que otras zonas, donde sólo llegan robots, estas permanecen intactas".
Él seguirá con sus búsquedas por el mundo, eso sí, sin quitarle la mirada al Titanic.
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