Un autoritario, casi un ogro al que hay que tenerle miedo que se aferró al poder. Así ven algunos docentes y estudiantes a Carlos Mario Uribe Soto el reelecto decano de la Facultad de Odontología de la Universidad de Antioquia.
No se lo quieren aguantar un tercer período más en el cargo y por eso cumplirán esta semana un mes en asamblea permanente.
Piden que lo destituyan o renuncie pero no parece que pase una cosa ni la otra. El vicerrector general Martiniano Jaimes Contreras explicó que el Consejo Superior lo eligió dentro de la legalidad y que la administración respeta esa decisión. El decano dice que no tiene pensado renunciar entre otras cosas porque si lo hiciera quedaría un mal precedente para la legalidad institucional.
Pero quienes protestan ven casi una burla en la decisión del Consejo. En la consulta que se hizo entre los candidatos a la decanatura Uribe obtuvo 12 votos de los 414 válidos de los estudiantes que sufragaron. De 136 docentes que votaron, 32 lo hicieron por él.
Esa consulta, explican en la administración de la U. no es de carácter vinculante, pero los docentes de la facultad aseguran que sí lo es porque en la resolución superior 1098 del 10 de febrero de 2004 se incluye el análisis del resultado entre los criterios para la designación, y según ellos eso no pesó en la decisión.
El caso es que Uribe Soto superó el 10 por ciento de la votación que necesitaba para presentar su propuesta ante el Consejo.
Esteban Álvarez Giraldo, estudiante de Odontología, valoró las transformaciones físicas ejecutadas por el decano en sus seis años en el cargo, pero no está de acuerdo con otro período más porque cree que se ha afectado la calidad de la formación y que se ganó la impopularidad porque no suele discutir temas relevantes.
Entre los profesores que protestan lo que más se oye es la frase acoso laboral. 21 de los vinculados presentaron al Comité de Convivencia de la institución 300 páginas con quejas en las que se denunciaban, por ejemplo, que a varios docentes se les duplicó la carga laboral sin estar permitido, se les negaba el derecho a la capacitación y la mala valoración de su desempeño. El Comité les respondió que no aplicaba el acoso laboral.
Los siete docentes consultados pidieron reservar el nombre por temor a represalias, pero ahora tienen el apoyo de la Asociación de Profesores de la U. de A. que se declaró en asamblea permanente entre otras razones para apoyarlos y pedir democracia en la elección de decanos.
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