Después de tres días de intensos enfrentamientos, las fuerzas de seguridad indias recuperaron ayer el control del hotel Oberoi y un centro de estudios judíos y se concentraron en el hotel Taj Mahal en donde el último terrorista atrincherado, con por lo menos dos rehenes en su poder, se resistía.
Los ataques en varios puntos de Bombay dejaron un saldo de 148 muertos y 327 heridos según datos oficiales.
Los comandos antiterroristas primero recorrieron el Oberoi liberando a los huéspedes atrapados en el establecimiento, donde abatieron a dos terroristas y hallaron 24 cadáveres. Entre los liberados se encontraban dos ejecutivos españoles que estuvieron casi dos días atrapados en una habitación.
Luego completaron la operación en el centro judío Nariman House, un edificio de cinco pisos en el que las fuerzas especiales indias penetraron tras descolgarse en el techo desde helicópteros.
Los agentes se enfrentaron durante horas con los terroristas y abatieron a dos de ellos, aseguró J.K.Dutt, jefe de la Guardia Nacional de Seguridad. Según Dutt, los terroristas mataron a cinco de los ocho rehenes que mantuvieron en el centro, entre ellos el rabino y su esposa, cuyo hijo de dos años logró ser rescatado.
El atentado
Este insólito atentado contra la capital financiera de la India comenzó el miércoles con un desembarco nocturno de un número indeterminado de terroristas en las proximidades del hotel Taj Mahal.
Armados con ametralladoras y granadas, los terroristas atacaron indiscriminadamente en una estación de trenes, varios restaurantes y dos hoteles de lujo en los que se atrincheraron junto al centro de estudios judíos.
La mayoría de los muertos son indios, entre ellos personal de los dos hoteles, además de 14 policías y dos comandos especiales. También fallecieron 10 extranjeros y otros 22 resultaron heridos.
En el operativo participaron casi 500 miembros de las fuerzas de seguridad, que abatieron a once de ellos.
El jueves fuentes oficiales aseguraron que detuvieron a tres terroristas, pero la cifra llegó ayer a uno, identificado como un paquistaní.
El ministro indio de Exteriores, Pranab Mukherjee, reiteró las sospechas de que "algunos elementos en Pakistán son responsables de los ataques terroristas de Bombay" y exigió al Gobierno paquistaní que "cumpla con su compromiso de no permitir el uso de su territorio para (la organización de actos de) terrorismo contra la India".
El jefe del Gobierno indio, Manmohan Singh, pidió a su homólogo paquistaní, Yusuf Razá Guilani, el envío a la India del director de servicios secretos de Pakistán, Ahmed Shuja Pasha, para intercambiar información sobre estos atentados.
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