Aparecieron tantos torcedores que la Policía tuvo que prohibir el paso al Fan Fest de Sao Paulo. Allí, gracias a que el comercio cerró a la 1:00 p.m. y las autoridades acondicionaron el escenario con todas las garantías de seguridad necesarias que incluyó helicóptero, llegaron muchos de los que no tenía dinero para acudir a Fortaleza, pero sí mucha energía para inyectársela al conjunto que orienta Luiz Felipe Scolari.
Uno que otro mexicano se coló entre las 30.000 personas que admitieron en este parque público de Sao Paulo, donde cada quien llevó su pinta y trató de asegurarse un espacio, que una hora antes del encuentro por el grupo B de la Copa Mundo ya estaba lleno.
“No lo dudes colombiano, hoy ganamos 2-1 con goles de Neymar y David Luiz” aseguró Andreína al término del primer tiempo entre el “río” de camisetas verde amarellas que dominaba el espacio y al ritmo de la samba que animó el estadio virtual antes del comienzo del juego, en el descanso y después del final.
“Cómo está la energía para el jogo torcedores” preguntaba seguidamente el animador cuando el narrador del encuentro tomaba aire y la respuesta era colectiva y ensordecedora, porque el “muy arriba y con muito orgullo” retumbaba en el escenario que se lucía más con la belleza del Teatro Municipal al fondo.
Antes y durante el segundo encuentro para auriverdes y azteca, no había un local que pensara en un empate. “Ganamos 1-0 con gol de Fred” comentó Janete, “goleamos 3-1 gracias a la magia de Neymar” aseguró Danilo y Ridamar trató de ser más cauto con un “humilde 2-0 nos conformamos”.
Con valentía y al ver cómo Guillermo Ochoa se convertía en figura ante la arremetida de la scrath, Feliciano Campos desafío a los vecinos gritando “qué va este partido queda 1-1 con tantos de Neymar y Chicharito” exhibiendo su camiseta verde sin ningún complejo. Más cuando su país lidera con el local la llave A con 4 puntos en dos salidas.
Lo dijo para no dejarse intimidar de tanta persona pintada de amarillo y verde en el Fan Fest, donde hasta japoneses, colombianos, uruguayos, venezolanos, peruanos y ecuatorianos le hacían fuerza al pentacampeón mundial en medio de la fiesta y de las cervezas que consumieron de manera agresiva.
Aquellos rostros decorados con pelucas, los cuerpos adornados con banderas, camisetas y pantalones verdes o amarillos nunca perdieron su atractivo y si que menos la compostura en la cancha virtual del Fan Fest, pese a que en el campo del estadio Castelao Neymar y compañía se llenaron de impotencia ante el atrevimiento del onceno azteca que se llevó tremendo botín con el 0-0 definitivo.
El espectáculo público nunca disminuyó la intensidad por la paridad, calificada por Guillermo Ochoa como “un resultado demasiado importante por el punto que sacamos ante tremendo equipo” y que puso a Scolari a calmar los ánimos diciendo “con el triunfo ante Camerún los brasileños nos clasificaremos después de este compromiso tan disputado y de mucha fortaleza física de lado y lado”.
Las trompetas sonaron más fuerte, los torcedores empezaron a hacer más chistes con los manitos y la igualdad fue la disculpa ideal para que le subieran el volumen a la música y muchos empezaran el baile de samba para “analizar el por qué no ganamos y cómo podemos mejorar”, que tantas veces repitió Andreína, una de las más animadas del estadio público que se montó en Sao Paulo, donde el fútbol es la razón de la existencia para la mayoría y en lo único que piensan es en ver a Brasil campeón.
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