Él, como es su costumbre, ha corrido callado y sin hacer mucho aspaviento.
Eso es lo que cuenta Rigoberto Urán (Sky) sobre Cadel Evans (BMC), el exciclomontañista australiano que suena duro, aunque las luces y los estruendo noticiosos estén del lado del español Alberto Contador (Saxo Bank).
Ayer, cuando llovía de nuevo en el Tour y se registraba la victoria 18 del embalador Mark Cavendish (HTC), los sprinters le decían adiós a su dicha parcial en la fracción 11, como si fuera un canto del cisne, ante la llegada de la alta montaña.
"Serán tres días en los Pirineos como para probar fuerzas. Contador tiene una rodilla inflamada y se nota tranquilo, pero Cadel Evans va callado, como siempre, pero se ve muy fuerte cuando lo atacan. Otros que no dicen nada son los hermanos Schleck (Leopard), pero también son varias figuras que han sufrido caídas en estas etapas previas".
Las palabras elocuentes del escalador de Urrao, que está 36, a 7.20, dan una idea de lo que se vive horas antes de enfrentar tres etapas en los Pirineos, con un primer sorbo de 211 kilómetros, entre Cugnaux y Luz Ardiden, con la novedad de la Hourquette d'Ancizan, y la presencia amenazante del Tourmalet -Souvenir Jacques Goddet-, que en el pasado fuera ganado por José Patrocinio Jiménez, en tiempos inmemoriales del ciclismo colombiano.
Entre hoy y el sábado será un concentrado de montaña, y servirá para saber qué tienen los escaladores y quién puede perder una carrera que ha sido por eliminación y a la cual le falta lo más duro. Y lo mejor, saber cuál es el hombre araña (el que más trepa).
"Ojalá no llueva, porque estos días han sido cambiantes. Esta vez hay una subida nueva -La Horquette d'Ancizan-; el Tourmalet lo subí en 2009 y es duro. Se debe correr con cabeza fría, no atacar, porque es mucho lo que se puede mejorar en la general". Ahí queda servida la batalla, con Urán listo a vivir desde adentro el duelo por el Tour.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6