¿Nitrógeno para inflar las llantas? La opción no es nueva, pero su uso ha incrementado por los supuestos beneficios que trae frente a la aplicación de aire convencional.
Esta, como muchas otras soluciones que se aplican a los carros, tiene tanto quienes la apoyan y avalan como otras que creen que su efecto no es realmente de un impacto tan alto.
Lo primero que hay que decir es que el nitrógeno está presente siempre que se infle la llanta, sea con el método convencional, o solo con este gas.
Explica el ingeniero Ricardo Vásquez que en la composición del aire, el nitrógeno ocupa cerca del 78 por ciento. Luego está el oxigeno y otros gases raros.
Al inflar las llantas del auto con nitrógeno, lo que se hace es extraer los otros componentes y solo aplicar este elemento, señala.
Las ventajas
Para el experto en temas de tecnología automotriz, Juan Carlos Vargas, uno de los beneficios que se obtienen con la aplicación solo de nitrógeno en las llantas de los vehículos es que este logra mantener estable la presión de las llantas.
Explica que esto se debe a que este gas resiste mejor los cambios de temperatura de estas, por la fricción con el pavimento y la estructura misma de la llanta.
"Cuando uno calibra, digamos a 30 libras psi, la llanta permanece a esa presión, a diferencia de calibrar con aire convencional, que con el paso de los kilómetros tiende a elevar su temperatura".
Y anota que el hecho de mantener la presión de la llanta estable hace que la dirección del carro y su trayectoria sea más predecible.
Otra de las ventajas que atribuyen los defensores del uso del nitrógeno es que, desde el punto de vista de su composición, sus moléculas son más grandes y migra cuatro veces más lento que el oxígeno, lo que hace que no se escape al ambiente y haga perder presión.
De igual manera, sostienen expertos consultados, el oxígeno presente en el aire convencional es muy reactivo a altas presiones y temperaturas y puede generar oxidación en algunos componentes de la llanta y su estructura, que acarrearía un deterioro prematuro.
Al optar por la utilización del nitrógeno, señala Juan Carlos Vargas, se elimina la necesidad de calibración de la presión cada ocho o diez días (como debería hacerse con el inflado tradicional).
Aclaran los expertos consultados que este llenado es un poco más costoso, aunque por ser de duración más larga se compensa con el correr del tiempo.
Comportamiento neutral
Pero no todos los expertos coinciden en las bondades de este elemento químico como alternativa.
Para el gerente de la firma Autotest, Ricardo Vásquez, no es que el nitrógeno no sirva, lo que pasa es que, considera, su efecto es neutro cuando se aplica frente a un inflado tradicional.
Basa su argumento en la misma composición del aire, que, como se señaló, es en gran parte nitrógeno, y agrega que el comportamiento de este gas frente a la temperatura es muy similar a otros gases.
Pero bien sea con nitrógeno, como algo novedoso, o el sistema de inflado tradicional, el buen comportamiento de las llantas en el carro también depende de la periodicidad de la alineación y el balanceo que se haga. Alrededor de cada seis meses es conveniente adelantar este procedimiento en los centros especializados, y con los equipos de calibración adecuada que garanticen un desempeño adecuado de las gomas sobre el asfalto.
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